Prisa está en pleno proceso de renovación de su cúpula directiva. Una cuestión que está liderando personalmente Joseph Oughourlian, presidente del grupo y máximo mandatario. Las salidas de Carlos Núñez y José Miguel Contreras, entre otros, han aupado a Pilar Gil, quien ejerce como mano derecha del francés.
Según informa The Objective, Pilar Gil ejercerá como nueva consejera delegada de Prisa Media, un puesto que tras el cese de Carlos Núñez había quedado vacante y que compaginará con el de directora financiera de todo el grupo.
Este nombramiento pone en liza la relevancia de la mano derecha de Oughourlian en Prisa Media, donde se ha vivido con especial temor la guerra de poder entre los accionistas afines al Gobierno y la cúpula de la compañía.
Por este motivo, en las direcciones de los dos principales medios del grupo han vuelto a saltar las alarmas. A pesar de que se descartaron cambios a corto plazo una vez que se produjo la “purga” de la camarilla contraria a Oughourlian, la posibilidad de ceses importantes en El País y la Cadena SER cobra fuerza.
En PRNoticias contamos que tanto Pepa Bueno como Àngels Barceló eran dos de las que más opciones atesoraban. Tanto a Bueno, como directora de El País, como a Barceló, por su relevancia dentro de la SER, se las percibe dentro del grupo como dos comunicadoras demasiado complacientes con el Gobierno.
Es precisamente de esta complicidad de la que pretende ir la cúpula de Prisa, que quiere mantener la línea editorial del grupo pero al mismo tiempo dejar a un lado su alineamiento con Moncloa. De ahí que se estén planteando ejecutar cambios en puestos clave de sus principales medios.
Oughourlian barre a los opositores
Joseph Oughourlian ha barrido poco a poco a todos los opositores. Tras los intentos por sacarle del grupo, su fortaleza dentro del grupo ha ido in crescendo. Ampliación de capital mediante, las críticas a la gestión del francés se han ido reduciendo y en la reciente junta de accionistas dejó claras sus intenciones.
Su intención es continuar al frente de Prisa de forma indefinida. “Este grupo no es un juguete. No podemos distraernos con batallas internas”, señaló ante los accionistas mayoritarios de la compañía.
En esta línea, quiso “tender la mano” a los díscolos, asegurándoles que comparte intereses “legítimos”. Asimismo, Oughourlian defendió su gestión al frente del grupo desde su llegada a la presidencia, insistiendo en que su único objetivo ha sido el beneficio de todos los accionistas, empleados y acreedores.
De esta forma, y haciendo valer su poder blando sobre el resto, los rumores sobre un posible cambio en la presidencia del grupo han desaparecido. Cabe recordar que Oughourlian es el máximo accionista del grupo y que para que abandonara Prisa, tendría que vender sus acciones, valoradas en alrededor de 700 millones de euros.
Dicha cantidad es la que pidió en su momento por El País y la SER, consciente de que dicha cantidad no se ajustaba al precio real de estos medios. Así, y pese a la tentación del Gobierno de reunir un capital necesario a través de terceros para hacerse con el control, Oughourlian seguirá al frente salvo sorpresa mayúscula.
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