El Gobierno va perdiendo apoyos a medida que su crédito se agota. Y no solo en lo que respecta a las encuestas. El denominado “cuarto poder”, el de los medios, mira con lupa todo lo que sale de la Moncloa. Y lo más preocupante es que ya no solo lo hacen los grupos más críticos, sino también los que tradicionalmente le bailan el agua.
El caso Prisa da para una temporada de una serie de Netflix -¿Legado?-, y en Ferraz son conscientes de las terribles consecuencias que puede acarrear la venganza que prepara Joseph Oughourlian.
Como hemos contado en este medio recientemente, la compañía prepara un giro editorial para situarse en posiciones más centradas del arco ideológico. O lo que es lo mismo, dejar de tragar con todo pase lo que pase.
En este contexto, a Pedro Sánchez y a su gobierno solo le quedan dos aliados fieles que, pase lo que pase, no abandonaran el barco cuando se hunda, si no se está hundiendo ya. Estos son la Corporación Radio Televisión Española y la Agencia EFE.
Dos medios públicos, de financiación estatal y servirles con el Gobierno de turno. Así se ha constatado constantemente desde que Pedro Sánchez llegó a la Moncloa. Sin embargo, el sostén de ambos medios públicos -previo asalto por parte del Ejecutivo- ha ido in crescendo conforme ha avanzado la presente legislatura.
El caso de la radio televisión pública es quizá el más sangrante. Con José Pablo López al frente, Pedro Sánchez ha tenido carta blanca para sugerir quiénes debían contar la información y cómo debían contarla.
Que Silvia Intxaurrondo, ex de la Cadena SER y periodista afín al Gobierno, compita día a día contra Ana Rosa Quintana y Susanna Griso no es casualidad. Como tampoco lo es que Javier Ruiz, también procedente de la Cadena SER, conduzca el último tramo de las mañanas.
Más ejemplos: Jesús Cintora en las tardes de La 2 o David Broncano en las noches de La 1. Para quien no se acuerde, Broncano -otro comunicador que salió de la SER- nunca ha escondido sus simpatías con las políticas de izquierdas por mucho que ahora guste de adoptar un tono más moderado en TVE.
La Agencia EFE, colonizada por la Moncloa
Un caso similar es el de la Agencia EFE. Recientemente, los sindicatos han clamado contra la gestión de Miguel Ángel Oliver, presidente desde diciembre de 2023, cuando fue nombrado a dedo por el presidente del Gobierno. Según los trabajadores, Oliver está llevando a cabo prácticas muy similares a las de RTVE para “broncanizar” la agencia de medios.
En un comunicado interno, CCOO señaló que estaban ante la Agencia EFE de Mao, denunciando así prácticas totalitarias del presidente y ex secretario de Comunicación en el Gobierno, al que comparan con el dictador de la China comunista.
A esta y otras polémicas recientes hay que sumar el descalabro económico. La Agencia EFE ha elevado sus pérdidas en el primer trimestre del año hasta los 4,42 millones de euros, agravando su ya delicada situación financiera.
En los tres primeros meses de 2024, con Oliver al frente, EFE registró unos números rojos de 3,77 millones, según informa OKDiario. Al final del ejercicio acumuló pérdidas de 15,3 millones, lo que supone una leve mejoría respecto a 2023.
Así pues, y atendiendo a las cuentas, se puede asegurar que la agencia de noticias cerrará el ejercicio 2025 de nuevo en números rojos. Cabe recordar que EFE tiene un patrimonio negativo de casi 38 millones de euros y sólo se mantiene gracias las aportaciones que hace la SEPI, su accionista único.
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