La Agencia EFE padece una crisis sin precedentes. La Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), adscrita al Ministerio de Hacienda ha inyectado 18 millones de euros adicionales a la agencia de noticias, según OKDiario. Esta nueva “ayuda” eleva el total de fondos públicos desembolsados a EFE a la friolera de 60 millones de euros desde 2022, con otros 15 millones previstos para este mismo año, según fuentes sindicales.
La operación, catalogada como un “préstamo participativo” por la propia agencia, ha servido para evitar una inminente declaración de quiebra, dado que los fondos propios de EFE registraban 32 millones de euros en negativo al cierre del ejercicio 2024.
A pesar de las constantes inyecciones de capital, la situación económica de EFE sigue siendo precaria. Las pérdidas del año pasado, el primero completo bajo la presidencia de Miguel Ángel Oliver -ex secretario de Estado de Comunicación con Pedro Sánchez-, son prácticamente equiparables al monto del último rescate. Y el panorama no mejora: en el primer trimestre de este año, las pérdidas se han disparado a 4,4 millones de euros.
Sorprendentemente, en medio de este escenario de números rojos, la cúpula de la compañía se ha repartido un millón de euros en bonificaciones correspondientes a los ejercicios de 2022 y 2023. Pero la crisis en EFE no se limita a lo financiero. Los representantes de los trabajadores han alzado la voz para denunciar una preocupante deriva en la agencia.
Hablan de “enchufismo”, “cambios constantes de trabajo de los profesionales” y una “falta de profesionalidad preocupante”, que, a su juicio, ha transformado a EFE en una “extensión de RTVE y de Moncloa”. La priorización de las redes sociales sobre la “esencia” del periodismo tradicional de agencia es otra de las críticas. Esta estrategia, según los sindicatos, ha contribuido a la publicación de tres noticias falsas en los últimos meses, dañando seriamente la credibilidad de EFE.
Conflicto con la plantilla
Estos incidentes han provocado fuertes encontronazos entre Oliver y los sindicatos. El presidente de EFE ha atribuido las publicaciones a “errores humanos” y se ha negado a abrir expedientes o realizar despidos, una postura que ha sido duramente criticada. En una acalorada reunión, los sindicatos le reprocharon la pérdida de credibilidad de la agencia, a lo que Oliver, haciendo gala de su trayectoria, respondió recordando que tenía “dos premios Ondas”.
El último foco de conflicto ha sido la firma de un nuevo Plan Estratégico a cinco años. Mientras que algunos sindicatos, como UGT, lo han suscrito, Comisiones Obreras y los sindicatos independientes se han negado. Acusan a Oliver de exigirles un “cheque en blanco”, ya que no les ha proporcionado ningún documento detallado del plan.
Fuentes cercanas a la situación sugieren que esta firma podría haber sido una contrapartida exigida por la SEPI para desembolsar los otros 15 millones de euros comprometidos para este año. La sombra de un posible trueque entre la estabilidad financiera y el control editorial planea sobre la histórica agencia de noticias española.
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