La Sociedad Española de Neurología (SEN) ha lanzado una contundente advertencia: cerca del 30% de las personas menores de 50 años que sufren un ictus han consumido drogas ilícitas. Esta alarmante cifra posiciona el consumo de sustancias ilegales como un factor de riesgo en ascenso, especialmente preocupante entre la población joven. Con motivo del Día Mundial contra la Droga, la SEN busca concienciar sobre el grave impacto de estas sustancias en la salud vascular y cerebral.
En las últimas dos décadas, la incidencia de ictus en adultos jóvenes ha escalado de manera constante, una tendencia que coincide con el incremento en el consumo de drogas de abuso. De los aproximadamente 100.000 casos de ictus que se registran anualmente en España, se estima que entre el 10% y el 20% afectan a individuos de entre 18 y 50 años. Además, en la última década, los casos de ictus en personas de 20 a 64 años han experimentado un repunte del 25%.
La Dra. Marta Guillán, miembro del Grupo de Estudio de Neurología Crítica e Intensivista de la SEN, explica: “Mientras los casos de ictus en personas mayores están disminuyendo gracias al mejor control de los factores de riesgo vascular clásicos, la incidencia entre adultos jóvenes está aumentando. Detrás de este aumento está una mayor prevalencia de estos factores, incluyendo el sedentarismo y el estrés en la población joven, pero también un aumento claro del consumo de drogas ilícitas que llega hasta el 30% en algunos estudios poblacionales”.
Las cifras son claras: un 30% de los europeos entre 15 y 64 años ha consumido alguna droga ilícita en algún momento. El cannabis, la cocaína, el éxtasis, las anfetaminas y la heroína son las sustancias más habituales. En España, los datos más recientes revelan que el 19% de los jóvenes (15-34 años) y el 10% de la población adulta (15-64 años) ha consumido cannabis en el último año. Le siguen la cocaína (3% y 2,4% respectivamente), el éxtasis (1,8% y 0,8%) y las anfetaminas (1,1% y 0,6%).
El consumo es más elevado entre los jóvenes, y una cuarta parte de las personas con trastornos por consumo de drogas son menores de edad, lo que convierte a estas sustancias en un factor de riesgo crucial para la salud de los más jóvenes.
Un cóctel explosivo para el cerebro: drogas y ictus
La evidencia científica es innegable: sustancias como la cocaína, los opiáceos y las anfetaminas pueden desencadenar tanto ictus isquémicos como hemorrágicos. Sin embargo, la Dra. Guillán advierte que incluso drogas consideradas menos dañinas en el pasado, como el cannabis, el éxtasis o el LSD, ahora se sabe que aumentan el riesgo de ictus. A esto se suman las “nuevas drogas” sintéticas, cuyo consumo ha crecido exponencialmente, especialmente en contextos de policonsumo o prácticas como el chemsex.
España es el segundo país de Europa con mayor consumo de cocaína, solo por detrás del Reino Unido. Esta droga es, además, la segunda más consumida tras la marihuana y la que se asocia con mayor frecuencia al riesgo de ictus. Las probabilidades de sufrir un ictus se multiplican por siete en las 24 horas posteriores al consumo de cocaína, y su uso frecuente puede duplicar este riesgo. Otras sustancias como el éxtasis, la heroína, otros opioides y el cannabis también disparan las probabilidades de un evento vascular grave.
El consumo de drogas ilícitas puede dañar el sistema nervioso de múltiples maneras:
- Toxicidad neuronal: Llevando a un deterioro cognitivo precoz.
- Daño vascular: Provocando ictus isquémicos y hemorrágicos al causar emergencia hipertensiva, vasoespasmo, vasculitis, aterosclerosis acelerada y aumento de la agregación plaquetaria, además de predisponer a la formación de aneurismas.
- Afectación del centro respiratorio y nivel de conciencia: Pudiendo derivar en coma y, en los casos más graves, la muerte.
Estos daños pueden manifestarse tanto con el consumo ocasional como con el habitual, la sobredosis o incluso durante la abstinencia.
“No hay consumo seguro”
La Dra. Guillán es tajante: “Existe evidencia científica suficiente para afirmar que el consumo de drogas es un factor de riesgo vascular y que no existe ningún nivel de consumo seguro que sea inocuo para nuestro cerebro”. Subraya además que las drogas pueden deteriorar permanentemente las capacidades cognitivas, provocar demencias precoces e incluso inducir comas.
La SEN hace un llamamiento urgente a la concienciación y la prevención, especialmente entre los jóvenes. Mantener el cerebro alejado de las drogas es, en palabras de la Dra. Guillán, una inversión crucial en salud cerebral.
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