Sweet Space Museum presenta Teleport to Venezuela – Mano Tengo Fe, una experiencia inmersiva en realidad virtual creada por el cineasta japonés Whereisnoa. La exposición, que podrá visitarse hasta finales de septiembre en el espacio Astrohub del museo, ofrece un recorrido sensorial por el corazón de Venezuela como nunca antes se ha visto: en 360 grados y con sonido envolvente. Se trata de una de las pocas veces que la exposición estará disponible por un tiempo prolongado, ya que generalmente se presenta en sesiones de un solo día.
Un viaje a través de Venezuela… con gafas de realidad virtual
La obra fue grabada a lo largo de seis meses en los que el director recorrió selvas, montañas, ríos, ciudades y barrios populares, desde el imponente Salto Ángel hasta Petare, en Caracas.
Para crear esta obra, el cineasta partía de una premisa muy clara: “No me gusta que lo que me dicen otros se vuelva mi forma de pensar. Por eso fui a verlo con mis propios ojos”. Con esa convicción, emprendió un viaje a Venezuela que se convirtió en seis meses de exploración profunda por el país.
El resultado es Teleport to Venezuela – Mano Tengo Fe, una pieza inmersiva de 35 minutos que desarma estereotipos, conecta con la identidad venezolana y retrata la resiliencia y calidez de su gente. Íntimo, honesto y profundamente conmovedor, el documental ha emocionado a venezolanos de todo el mundo. Quienes lo han vivido reconocen paisajes, sonidos y gestos que les son familiares, y experimentan una conexión poderosa con su tierra, incluso a miles de kilómetros de distancia.
Un testimonio que emociona a la diáspora
Más de 10.000 personas han visto ya el documental, que continúa despertando emociones allí donde se presenta. En ciudades como Miami, Gainesville o Austin, ha generado una profunda conexión con la comunidad venezolana: muchos asistentes reconocen los lugares proyectados y reviven recuerdos personales. Ver su país desde esta cercanía ha provocado lágrimas, risas y una intensa carga emocional, especialmente entre quienes han emigrado.
El formato permite al espectador vivir la historia en primera persona: se sienta, se coloca las gafas y los auriculares, y es transportado directamente a los paisajes y realidades de Venezuela que Noa captó con su cámara de 360 grados.










