España está a punto de lograr una hazaña médica sin precedentes: convertirse en el primer país del mundo en eliminar la hepatitis C. Con solo 55.000 casos activos restantes por curar, el país se encuentra en la recta final de una década de esfuerzos intensivos, que han transformado radicalmente el panorama de esta enfermedad que alguna vez fue una sentencia.
Hace tan solo diez años, la hepatitis C era una epidemia silenciosa en España, afectando a cientos de miles de personas y siendo una de las principales causas de cirrosis hepática, cáncer de hígado y trasplantes. Sin embargo, la implementación de una Estrategia Nacional para la Eliminación de la Hepatitis C en 2015, combinada con la disponibilidad de tratamientos antivirales de acción directa (AAD) altamente efectivos, cambió el rumbo de la enfermedad.
“Es un logro extraordinario que parecía inalcanzable hace apenas una década”, afirma el Dr. Javier Pérez, hepatólogo y uno de los pioneros en el tratamiento de la hepatitis C en España. “Hemos pasado de una enfermedad crónica y debilitante a una que es completamente curable en la inmensa mayoría de los casos”.
La estrategia española se basó en varios pilares clave: la detección activa de casos, el acceso universal y gratuito a los tratamientos AAD (que tienen tasas de curación superiores al 95%), y un seguimiento riguroso de los pacientes. Este enfoque integral ha permitido tratar a más de 150.000 personas en los últimos años, reduciendo drásticamente la prevalencia de la enfermedad.
Aunque el progreso ha sido monumental, los 55.000 casos restantes representan el desafío final. Muchos de estos pacientes son de difícil acceso, pertenecen a poblaciones vulnerables, o son asintomáticos y no saben que están infectados.
“Estos últimos casos son los más complejos de identificar y alcanzar”, explica la Dra. Elena Martín, directora del Programa de Eliminación de la Hepatitis C en el Ministerio de Sanidad. “Estamos enfocando nuestros esfuerzos en la búsqueda activa de casos en poblaciones clave como usuarios de drogas intravenosas, personas sin hogar y en centros penitenciarios, donde la prevalencia sigue siendo más alta.”
Para lograr el objetivo de erradicación total, las autoridades sanitarias están implementando nuevas campañas de cribado y fomentando la concienciación sobre la importancia de la prueba de detección, especialmente entre aquellos que puedan haber estado expuestos al virus en el pasado.
Un modelo a seguir para el mundo
El éxito de España en la lucha contra la hepatitis C no solo es un triunfo para la salud pública nacional, sino que también establece un modelo a seguir para otros países que buscan controlar o eliminar la enfermedad. La experiencia española demuestra que, con voluntad política, financiación adecuada y acceso universal a los tratamientos, la erradicación de enfermedades infecciosas es posible.
“Lo que ha logrado España es un testimonio del poder de la colaboración entre profesionales de la salud, administraciones públicas y pacientes”, señala el Dr. Pérez. “Demuestra que la inversión en salud pública rinde dividendos incalculables”.
Si todo sigue según lo previsto, España podría anunciar oficialmente la eliminación de la hepatitis C en los próximos meses, marcando un hito histórico en la medicina y ofreciendo esperanza a millones de personas en todo el mundo que aún viven con esta enfermedad.
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