Las empresas se enfrentan a un escenario cada vez más complejo en materia de sostenibilidad. Regulaciones en expansión, consumidores más críticos y una presión climática innegable marcan un año decisivo para el avance de la agenda ESG. Así lo confirma el informe anual Tendencias ESG 2025, de Forética, que identifica cinco grandes tendencias mientras subraya también el papel clave que jugará la comunicación para reconstruir la confianza perdida.
El informe sitúa a Europa en una encrucijada regulatoria. Tras una década de intensa producción normativa en sostenibilidad –desde la adopción de los ODS hasta la reciente CSRD–, muchas empresas denuncian una inflación regulatoria que las aleja del impacto real y amenaza su competitividad. Forética anticipa una etapa de “desinflación regulatoria”, sin abandonar los objetivos climáticos, que buscará rebajar la fricción y mejorar la coherencia entre directivas.
Precisamente, el nuevo marco de reporte bajo la CSRD y los estándares ESRS se revela como una de las principales fuentes de incertidumbre. Las primeras empresas obligadas a reportar apenas han contado con 519 días para adaptar sus sistemas. La falta de claridad, la elevada carga técnica y la interpretación dispar entre reguladores, auditores y consultoras hacen que muchas organizaciones operen aún con dudas jurídicas, especialmente en España, donde la transposición de la norma sigue pendiente.
En este contexto de incertidumbre normativa, el consumidor ya no responde como antes. Según el estudio de Forética, el interés por la sostenibilidad sigue alto, pues el 84% la considera prioritaria, pero su influencia en las decisiones de compra ha disminuido. La inflación, el encarecimiento de la vida y, sobre todo, el escepticismo ante el greenwashing han generado un consumidor más escéptico y menos dispuesto a pagar más por marcas responsables.
Solo un 23% de los consumidores españoles cree en los mensajes de sostenibilidad de las empresas. Esta cifra debería hacer reflexionar a los departamentos de comunicación. “Evitar el greenwashing no basta. Las marcas deben apostar por una comunicación más realista, basada en pruebas y conectada con el negocio”, subraya el informe. Forética recomienda una mayor integración entre sostenibilidad, marketing y departamentos jurídicos para alinear relato y desempeño.
A este panorama se suma un entorno climático cada vez más hostil. La dana en Valencia o la tormenta Boris en Centroeuropa son solo ejemplos recientes de cómo los riesgos físicos ya no son una probabilidad, sino una certeza. Pese a ello, la inversión en adaptación sigue siendo insuficiente. Forética señala que por cada euro invertido en prevenir la riada de Valencia, se habrían evitado daños por valor de 64 euros. Una lección cara que debería impulsar nuevos enfoques más resilientes en los planes de transición empresarial.
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