La comunicación interna ha dejado de ser un simple engranaje dentro de la empresa para convertirse en un auténtico salvavidas en situaciones críticas. Ante un ciberataque, el rol del director de comunicación adquiere una dimensión estratégica: debe garantizar que la organización hable con una sola voz, mantenga la calma entre los empleados y evite que la desinformación agrave la crisis.
Cuando un ataque digital bloquea sistemas, roba datos o paraliza la operativa diaria, los trabajadores son los primeros en sentir la incertidumbre. En ese contexto, el Dircom actúa como mediador entre el área técnica y las personas. Su capacidad de transmitir información clara, sin tecnicismos excesivos, resulta clave para que los equipos entiendan qué ocurre y cómo deben actuar. La transparencia, según expertos en crisis, es el primer paso para evitar rumores internos que pueden multiplicar el daño reputacional.
Más allá de la primera respuesta, la resiliencia de una compañía depende de la confianza que logre construir con sus propios profesionales. Si el Dircom informa de manera periódica, explica las medidas adoptadas y mantiene abiertos los canales de comunicación, los empleados no solo se convierten en aliados frente al ataque, sino también en un muro de contención contra la fuga de información no contrastada hacia el exterior.
La preparación previa también juega un papel fundamental. Muchos directores de comunicación han comenzado a implantar simulacros de cibercrisis para entrenar a la plantilla en la respuesta comunicativa. Estos ejercicios, similares a los de seguridad física, permiten comprobar cómo reaccionan los equipos cuando sus herramientas digitales dejan de funcionar de repente. El objetivo es doble: reducir la ansiedad y fortalecer la cohesión interna.
El reto del Dircom, sin embargo, no se limita a la inmediatez del ataque. Una vez superada la emergencia, la comunicación interna debe orientarse hacia la reconstrucción de la confianza, y reconocer el esfuerzo de los trabajadores, agradecer su paciencia y detallar las mejoras de seguridad implementadas son mensajes que refuerzan la cultura corporativa y evitan que la experiencia deje cicatrices en el clima laboral.
Expertos en reputación corporativa coinciden en que la comunicación interna bien gestionada puede ser incluso una ventaja competitiva. Las empresas que muestran capacidad de reacción y cuidado hacia sus profesionales en un escenario de crisis digital proyectan al exterior una imagen de solidez. De hecho, en más de un caso reciente, la valoración positiva de los empleados en redes sociales ha contribuido a mitigar el impacto reputacional en la opinión pública. Y es que, en un mundo cada vez más expuesto a ciberamenazas, el Dircom se confirma como un actor imprescindible no solo para comunicar hacia fuera, sino sobre todo para sostener a la organización desde dentro.
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