El presidente de EE. UU. Donald Trump ha afirmado que el consumo de paracetamol durante el embarazo podría estar relacionado con el autismo en los niños, y las reacciones en Europa no se han hecho esperar.
La Agencia Europea de Medicamentos (EMA) ha sido una de las primeras en pronunciarse, recalcando que “no hay evidencia nueva” que justifique cambiar las recomendaciones sobre el paracetamol en embarazadas. “La evidencia disponible no ha encontrado ningún vínculo entre el uso de paracetamol durante el embarazo y el autismo” dice la EMA, que insta a la población a seguir las indicaciones médicas.
Por su parte, la Comisión Europea ha defendido que “no hay prueba alguna” que vincule el riesgo de autismo en el bebé con el consumo de paracetamol durante el embarazo. “La Unión Europea cree en la ciencia sólida y demostrable, y esto es un principio fundamental para nuestra política sanitaria y, de hecho, para todas nuestras políticas”, ha defendido en una rueda de prensa en Bruselas Olof Gill, portavoz adjunto de la presidenta del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen.
De igual manera, en el Reino Unido, el secretario de Salud Wes Streeting ha rechazado las palabras de Trump y ha pedido a las mujeres embarazadas que confíen en la orientación de sus médicos y en la ciencia. “Francamente, confío más en los médicos que en el presidente Trump en este aspecto”, dijo el funcionario en una entrevista con el programa Lorraine de ITV, con la intención de calmar a las embarazadas.
Reacciones en España
En España, la ministra de Sanidad Mónica García ha sido categórica al afirmar que “no hay ningún aval científico” que vincule el uso de paracetamol en el embarazo con el autismo. De igual manera, la Confederación Autismo España ha emitido un comunicado advirtiendo del riesgo de difundir mensajes sin respaldo científico que puedan generar miedo o confusión. “alertamos a las instituciones nacionales e internacionales del riesgo que supone dar un altavoz a discursos populistas y ya superados por la evidencia científica existente, que vulneran los derechos y la dignidad de las personas con autismo”, señala.
Además, la Sociedad Española de Neurología Pediátrica ha señalado en un comunicado que no existe una relación causal confirmada y ha hecho un llamado a la prudencia, mientras que medios de comunicación y profesionales de la salud han reiterado que las recomendaciones de uso del paracetamol en embarazadas no cambian. “La sospecha lanzada por la Administración norteamericana surge de la publicación de algunos estudios que vinculan el uso de paracetamol en la gestación y la presencia de trastornos del neurodesarrollo, como el autismo; si bien puede existir una asociación de frecuencia de ambos, actualmente, según la literatura científica disponible, no existe asociación de causa – efecto”, recalcan.
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