El último PR SCOPE 2025-2026 confirma una tendencia sostenida en la comunicación corporativa española: el sector se ha feminizado de forma notable en los últimos años. Según el estudio, el 63,7 % de los profesionales de comunicación en empresas son mujeres, frente al 36,3 % de hombres. La cifra consolida un cambio generacional y cultural que ha situado a la comunicación como una de las áreas empresariales con mayor presencia femenina, especialmente en posiciones técnicas, de gestión de contenidos o de relación con medios.
Sin embargo, esa mayoría no se traduce todavía en liderazgo. Aunque las mujeres son mayoría en la base y en los niveles intermedios, siguen siendo minoría en la cúspide. El informe ¿Comunicación sin género?, elaborado por evercom junto a investigadores de la Universidad Complutense de Madrid y la Universidad Rey Juan Carlos, revela que el 66,1 % de los directores de Comunicación en España son hombres, frente a un 33,3 % de mujeres. Es decir, la feminización del sector no implica, todavía, una feminización del poder.
Así, la paradoja es evidente: la comunicación es un sector sostenido por mujeres, pero los hombres siguen ocupando mayoritariamente las posiciones de decisión. El fenómeno no es nuevo, pero sí empieza a tener mayor visibilidad a medida que los datos evidencian un estancamiento en el acceso femenino a los puestos directivos.
Esta brecha vertical refleja un techo de cristal persistente que atraviesa incluso un ámbito tradicionalmente percibido como más inclusivo. Mientras las mujeres impulsan la innovación, la planificación estratégica o la gestión de la reputación en muchos departamentos, su progresión hacia los comités de dirección sigue siendo más lenta. Los hombres, en cambio, concentran aún los roles con mayor visibilidad y capacidad de influencia institucional.
Así lo explicaba Deborah Gray, Fundadora y CEO de Canela, en una entrevista para este mismo medio: “El sector de la comunicación desempeña un papel clave en la sensibilización y visibilización de la desigualdad de género. Como profesionales de la comunicación, tenemos la responsabilidad de no solo contar historias, sino también de cuestionar narrativas, dar voz a quienes no siempre la tienen y generar conversaciones que impulsen el cambio. Un primer paso sería aumentar la representación de mujeres como expertas en los medios, ya que actualmente representan menos del 30 % de las fuentes citadas. Además, las agencias y empresas de comunicación deben asumir un compromiso real con la igualdad, implementando políticas internas que garanticen equidad en sus propios equipos y estructuras de liderazgo.”
La transformación del dircom en España
El PR SCOPE también muestra que el 34,2 % de los entrevistados ocupa el cargo de director de Comunicación, frente al 41,3 % en 2023. Es un descenso significativo que sugiere que el rol se está diversificando y extendiendo hacia otras áreas como relaciones institucionales, RSC/ESG o innovación digital. De hecho, crecen posiciones como responsable de RR.PP. (7,4 %), de comunicación digital o innovación (2,3 %) y de relaciones institucionales (2,6 %). El dircom ya no monopoliza la comunicación, sino que lidera un ecosistema interconectado en el que conviven distintas especializaciones.
Ese proceso de transformación se apoya em que el 81,5 % de los profesionales entrevistados ocupa cargos directivos, frente al 75,3 % de 2023. La comunicación, históricamente relegada a un segundo plano, ha ganado peso en los comités ejecutivos y en la toma de decisiones estratégicas. Las empresas reconocen su valor en la gestión de la reputación, la relación con los grupos de interés y, cada vez más, en el impulso de la sostenibilidad y la innovación.
En paralelo, la consolidación de la figura del dircom se produce en un escenario de alta exigencia. Los principales retos que identifican las empresas, según el estudio, son el conocimiento del consumidor (29,4 %), la reputación de marca (25 %) y la necesidad de adaptarse a los nuevos tiempos con recursos limitados. La comunicación corporativa ya no se mide solo por la notoriedad, sino por su capacidad de generar confianza y credibilidad en un entorno saturado de información. En este sentido, el crecimiento de la preocupación por la “credibilidad de los contenidos” —que pasa del 8,2 % al 17,2 %— muestra que la frontera entre comunicación, ética y responsabilidad se ha vuelto más fina.
La transformación también tiene una dimensión tecnológica. La inteligencia artificial irrumpe como una oportunidad para mejorar la eficiencia, la creatividad y la planificación estratégica, pero exige al dircom una mirada ética y crítica. Los beneficios más citados por los profesionales —automatización, agilidad, análisis de datos y confianza en el equipo— evidencian que la tecnología solo será un aliado si se combina con criterio y humanidad. En este punto, la perspectiva de liderazgo femenino —más orientada a la colaboración y a la gestión de la diversidad— puede ser clave para garantizar que la IA se implemente con responsabilidad y orientación reputacional.
El nuevo dircom español, mayoritariamente mujer, dirige equipos multidisciplinares, coordina consultoras y participa activamente en decisiones de negocio, pero también asume el reto de gestionar tensiones crecientes: la presión por demostrar retorno, la exigencia de transparencia, el escrutinio público permanente.
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