El pleno del Parlamento Europeo ha instado a la Unión Europea a reactivar y reforzar sus vínculos con América Latina de forma proactiva, y una de estas formas es imprimiéndole celeridad al Acuerdo de Asociación Unión Europea–Mercosur, que lleva más de 25 años de negociación. En el último año se han dado significativos pasos hacia su aprobación, pero la creciente tensión global, las rivalidades entre potencias y el panorama geopolítico cambiante, obliga a Europa a pisar el acelerador.
En este sentido, y para presentar los últimos detalles del proceso, destacados representantes de las instituciones europeas, Mercosur y del ámbito empresarial han realizado este 9 de octubre un encuentro con la prensa en la sede de la Oficina del Parlamento Europeo en España, donde los periodistas pudimos conocer de cerca el estado del acuerdo. Presentado por Ramón Jáuregui, presidente de la Fundación Euroamérica, el evento contó con tres mesas de debate, en las que participaron de manera remota Paolo Garzotti, negociador principal de la Comisión Europea y Pedro Miguel Da Costa e Silva, Embajador de Brasil ante la UE; y de forma presencial los eurodiputados Gabriel Mato (PPE) y Oihane Agirregoitia (Renew), el Director General de Comercio Internacional e Inversiones, Juan Luis Gimeno, y el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi.
Nada más que negociar
Para Da Costa e Silva, una de las principales trabas ha sido “la obsesión con el tema agrícola, que se transformó en un obstáculo para un debate serio”. Explicó que durante años se ha buscado un equilibrio, y que se han hecho concesiones importantes incluso en agricultura, “pero la gente se olvida”. Sus palabras fueron precisas, al señalar que “no habrá otra negociación. Estamos en una etapa que le toca a Europa decidir si quiere o no. No hay nada más que negociar“.
Cabe recordar que para su ratificación, hace falta una mayoría en el Parlamento y en el Consejo una mayoría cualificada, el 55% de los Estados que sumen al menos el 65% de la población. Pero Francia lidera el bloque de países que no están de acuerdo, alegando que el pacto afectaría negativamente a los productores agrícolas comunitarios, opinión que comparten Irlanda, Países Bajos, Polonia e Italia, que muestran reticencias a la hora de apoyar el nuevo texto a raíz de las críticas de los ganaderos que denuncian “competencia desleal”.
O Europa o China
Para Gabriel Mato, es el momento de que la Unión Europea decida “si quiere estar dentro o fuera de América Latina”. El también ponente permanente para Mercosur asegura que “este es el momento clave para ser aprobado. ¿Por qué? Por tres motivos. El primero, porque los beneficios son muy claros. El segundo, porque se han abordado las preocupaciones que existían. Y en tercer lugar, porque lo necesitamos”. En su intervención explicó que las cifran hablan por sí mismas: “un mercado de 750 millones de personas, que representan una cuarta parte del PIB mundial. Es el mayor acuerdo interregional de la historia, con un valor de 110 mil millones de euros. Reducción del noventa por ciento de los aranceles. Incremento de exportaciones de la Unión Europea al Mercosur hasta un 39 por ciento, eso supone 4 mil 900 millones para el PIB europeo y hablamos de la creación de empleo en torno a 40 mil puestos de trabajo”, señaló.
Todos coinciden en que para la Unión Europea, el acuerdo con Mercosur representa un paso histórico en su estrategia comercial y geopolítica, y que para los países del Mercosur: Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay, este tratado abre el acceso preferencial a uno de los mercados más grandes y con mayor poder adquisitivo del mundo. Puntualiza Mato que de no aprobarse, el vacío lo llenará China, que ya está en la región.
Los ‘Giuido’ argentinos, como ejemplo de competitividad
La visión empresarial la aportó el presidente de la CEOE, que aseguró que este acuerdo generará más de medio millón de empleos en la Unión Europea. “Estamos hablando de tener todo un continente abierto, menos Venezuela, Cuba y Bolivia. Y hablo de oportunidades también para los países del Mercosur. Estos zapatos son ‘Guido’ y son maravillosos. Los zapateros españoles que compitan y que vendan mejor. En España no tenemos miedo a que eso pase”, señaló.
El representante de la gran mayoría de las empresas españolas, incluyendo a más de dos millones de empresas y autónomos de todos los sectores, dijo que si hay barreras y medidas “es la muerte empresarial”, y que este acuerdo aporta todo lo contrario, “competitividad”. “Desde España hay otro punto que nos une, un gran activo, que es el español. Un mercado donde hablamos español, hay que aprovecharlo”, acotó.
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