El panorama de la emergencia climática en España es mucho más grave de lo que se creía. Un informe de impacto revela que el país no solo enfrenta decenas, sino 141 riesgos climáticos clave que ponen en jaque su futuro.
Esta cifra alarmante señala una amenaza multidimensional que se cierne sobre los pilares básicos de la sociedad: la salud de los ciudadanos, la estabilidad económica y la riqueza de la biodiversidad española.
La identificación de 141 riesgos subraya la extrema vulnerabilidad de España ante fenómenos como olas de calor extremas, sequías prolongadas, la desertificación del territorio, y el incremento de inundaciones. Estos factores no solo comprometen sectores vitales como la agricultura y el turismo, sino que también implican un desafío directo para los sistemas de salud pública debido a la posible propagación de enfermedades sensibles al clima.
El informe actúa como una llamada de atención urgente: la magnitud de los desafíos climáticos exige una movilización sin precedentes de recursos y una acción política inmediata para implementar medidas de adaptación y mitigación a escala nacional.
Los peligros en 14 sectores vitales
El estudio detalla los peligros en 14 ámbitos sectoriales cruciales para España, entre los que destacan:
- Salud y olas de calor: El texto alerta de que las olas de calor podrían ser hasta 50 días más largas a finales de siglo.
- Agua: El país se enfrenta a la amenaza de sequías extremas de larga duración, que comprometen el suministro de agua, energía y alimentos.
- Biodiversidad: El cambio en los patrones de precipitación y la subida de temperaturas amenaza con generar pérdidas permanentes en los ecosistemas.
- Urbanismo y turismo: El aumento del riesgo de inundaciones costeras y los incendios forestales incontrolables obligan a revisar la planificación territorial y los pilares económicos.
La publicación del informe coincide con la Convención ‘Por un Pacto de Estado frente a la Emergencia Climática’, donde el Gobierno buscará acelerar el despliegue de las medidas de adaptación para blindar al país ante un escenario donde “los escenarios climáticos más extremos ya se están materializando”.
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