La Escuela de Organización Industrial cumple 70 años reafirmando su papel pionero en la formación en sostenibilidad, innovación y digitalización. Pero más allá de su legado, la institución pública adscrita al Ministerio de Industria y Turismo busca proyectar una narrativa de transformación real, basada en el impacto social y la coherencia entre discurso y acción.
En PR Noticias entrevistamos a Vanessa Jaklitsch, su directora de Comunicación, Marketing y Relaciones Institucionales, que desde su posición impulsa una estrategia que trasciende los formatos y se apoya en historias reales, autenticidad y emoción. Con más de 20 años de experiencia como periodista trilingüe y analista internacional, Jaklitsch explica la importancia de traducir lo institucional a un lenguaje emocional y comprensible para todos, dándole a la comunicación la importancia que merece.
La EOI tiene una larga trayectoria como escuela pionera en sostenibilidad, innovación y digitalización. ¿Cómo se traduce esa triple apuesta en la estrategia de comunicación actual?
En la Escuela de Organización Industrial (EOI) entendemos la Comunicación —así, en mayúsculas— como una extensión natural de nuestra misión: impulsar la transformación sostenible, digital y social de la economía española y la industria de nuestro país a través del talento.
Nuestra estrategia forma parte de un principio que ha guiado toda mi trayectoria profesional: la Comunicación no es un fin, sino un motor de cambio. Por eso, en EOI no sólo hablamos de sostenibilidad, innovación o digitalización; sino que también las comunicamos desde dentro, con coherencia, convicción y propósito. Eso significa mostrar cómo integramos estos valores tan nuestros en la formación de talento, en nuestros proyectos y en nuestra propia cultura institucional.
Este año, además, celebramos nuestro 70 aniversario, una oportunidad extraordinaria para reposicionar nuestra marca y proyectar al país —y al resto del mundo— el impacto de siete décadas formando a más de 200.000 profesionales.
Lo hacemos desde la credibilidad que da haber sido la primera escuela de negocios de España y una de las primeras de Europa, pero también desde la autenticidad de ser una escuela pública que pone el conocimiento al servicio del bien común.
En un ecosistema educativo tan competitivo, ¿cómo logra la EOI diferenciarse y conectar con nuevos públicos?
En un ecosistema educativo tan competitivo, la diferencia está en el propósito. EOI no compite con otras escuelas de negocio privadas, sino que coopera con la sociedad desde una posición única: la de una fundación pública adscrita al Ministerio de Industria y Turismo, que impulsa el talento para la transición verde y digital de la industria española. “Formamos talento para un futuro seguro y sostenible”.
Desde mi experiencia en comunicación institucional e internacional, creo que la autenticidad es hoy nuestro mayor valor diferencial. En un entorno inevitable de exceso de información, saturado de mensajes, nuestra ventaja es la coherencia entre lo que decimos y lo que hacemos. Y la prueba de nuestra consolidación en el tiempo.
Conectamos con nuevos públicos —jóvenes, emprendedores, profesionales en transición— mostrando cómo la formación puede tener un impacto directo en los grandes retos del país: la sostenibilidad, la innovación y la competitividad industrial. Pero también desde el punto de vista más personal de cada uno, de la amplia comunidad alumni que ha decidido, o que decidirá, formarse con nosotros. En EOI nos gusta pensar que contribuimos a mejorar la vida de las personas. Les ayudamos a optar a mejores oportunidades profesionales, a crecer en sus carreras, a reinventarse a sí mismos en caso de considerarlo necesario. Después de casarse y tener hijos o adquirir una vivienda, es probablemente la decisión más importante de la vida de las personas.
También, a lo largo del tiempo, hemos hecho un esfuerzo muy importante por actualizar y modernizar nuestros canales, lenguaje, formatos y herramientas que utilizamos en el equipo, para estar más cerca de las nuevas generaciones sin perder rigor ni credibilidad, así como para medir el impacto de las acciones que llevamos a cabo. Nos hemos ido adaptando a las necesidades de la sociedad y también, por ende, a las nuevas demandas del mercado.
En EOI fuimos pioneros en formación online en España desde los años 90, mucho antes de los tiempos de pandemia. Nos gusta pensar que siempre nos hemos adelantado al futuro y éste es un claro ejemplo de ello. También nuestras clases por streaming o el sinfín de jornadas informativas que organizamos al año tienen largo recorrido en el tiempo, cuando retransmitirlas en directo aún no era algo habitual. Desde entonces, seguimos utilizando con frecuencia nuestro canal de YouTube, un espacio abierto para que cualquiera pueda conocernos e interactuar con nosotros, llegando a una amplia comunidad de estudiantes y profesionales de España, Europa y América.
En la actualidad, estamos presentes en múltiples plataformas digitales y redes sociales a través de las que compartimos la actividad de nuestro día a día. Nuestro compromiso con la innovación educativa nos permite acercar talento y aprendizaje sin fronteras, fomentando un conocimiento abierto y expandido. Comunicamos siempre de forma transformadora y ágil para conectar con la sociedad.
¿Cómo se comunica la vocación pública y social de la EOI sin caer en un tono burocrático o excesivamente institucional?
Desde mi punto de vista, siendo fieles a nosotros mismos y a través de historias reales. La mejor manera de comunicar es hacerlo de forma genuina, cercana y natural, y siempre a través de testimonios personales. Casos de éxito de nuestras alumnas y alumnos que, como os imaginaréis, son miles de historias que contar… calculamos que hemos formado a más de 200.000 personas a lo largo de nuestros 70 años de vida.
Nuestra vocación, como fundación pública que somos, se comunica principalmente con ejemplos: fruto del resultado de proyectos de formación gratuitos para jóvenes desempleados o programas de emprendimiento verde o digital en todo el territorio nacional, ambos gracias a la financiación de fondos europeos que gestionamos desde hace más de treinta años; o a través de colaboraciones público-privadas, con administraciones y empresas, cuyo impacto se traduce en competitividad, empleo y oportunidades de futuro, fruto de nuestra formación In Company y en abierto.
El reto, en este sentido, está en traducir lo institucional a un lenguaje emocional y comprensible para todos. Por ello, a la hora de comunicar, apostamos por un tono más humano, más cercano, pero a la vez narrativo y visual, que muestre el impacto real de la EOI en la vida de las personas, pero también de las empresas, organizaciones y el conjunto de la sociedad. No hablamos depolíticas públicas, hablamos de personas transformando su futuro gracias a la educación y la colaboración público-privada.
También es importante, a la hora de comunicar, establecer una visión estratégica en paralelo con las necesidades urgentes del día a día. La clave es aprender a priorizar.
¿Hasta qué punto la reputación de una escuela depende de su capacidad para contar historias más allá de los datos académicos?
Hoy en día, la reputación se construye tanto con excelencia como con significado. Los datos académicos son necesarios, especialmente en una escuela de negocios como la nuestra, pero no son suficientes. En el contexto en el que vivimos, donde todas las instituciones hablan de innovación y sostenibilidad, lo que realmente genera conexión es la capacidad de transformar vidas y contar esas historias con propósito: historias de alumnos que emprenden, de empresas que crecen gracias al talento formado en EOI o de nuestra amplia red de docentes colaboradores que, al estar en primera línea de sus respectivos sectores trabajando en las principales empresas y organismos del país, son capaces de anticipar los cambios que vienen de manera más inmediata.
De mi experiencia como “periodista de raza” he aprendido a identificar que saber contar bien esas historias personales no sólo humaniza la marca, sino que además demuestra que detrás de los programas hay una comunidad viva, diversa y muy comprometida con los cambios, y que también genera confianza y pertenencia.
En EOI, esa narrativa es el hilo conductor que une pasado, presente y futuro.
¿Cómo ha evolucionado la narrativa de marca de la EOI en los últimos años?
Nuestra narrativa ha evolucionado hacia una manera de narrar más emocional, más cercana y, como consecuencia, más conectada con la sociedad. De ser percibida como una institución académica con amplia trayectoria y largo recorrido, EOI ha pasado a consolidarse proyectándose como un ecosistema de talento, sostenibilidad, energías renovables, emprendimiento, innovación, digitalización y liderazgo femenino. Nos enorgullece saber que fuimos los primeros, pero sobre todo nos inspira tener la responsabilidad de seguir manteniéndonos como referencia en diversos ámbitos y sectores a lo largo del tiempo, y a pesar de los desafíos a los que nos enfrentamos con los cambios que va experimentando nuestra sociedad.
La Comunicación de EOI forma parte de la visión estratégica de nuestra institución, sin dejar de dar respuesta a las prioridades más inmediatas de nuestro día a día, que llevamos a cabo de manera transversal. Y siempre poniendo el foco en el impacto: cómo contribuimos a la transición energética, a la digitalización de las pymes, al impulso del emprendimiento sostenible o a la necesidad de formación de talento en sectores de alta demanda, como más recientemente el de Defensa.
También, de manera paralela, hemos ido trabajando en la unificación del relato verbal y visual, reforzando nuestra identidad como escuela de negocios pública, moderna, diversa, abierta y colaborativa que aúna generaciones.
Mi experiencia internacional me ha enseñado que las marcas públicas también pueden —y deben— comunicar con la misma ambición narrativa que las grandes empresas. Y EOI lo está demostrando.
¿Qué canales o formatos están funcionando mejor para llegar a las nuevas generaciones de alumnos y emprendedores?
Hoy en día, la comunicación se mide por su capacidad de generar conversación. La gente ya no quiere sólo información, también busca conexión.
Por eso, combinamos formatos tradicionales con una presencia digital mucho más dinámica. Y, para ello, las redes sociales son claves, especialmente LinkedIn, Instagram, YouTube y TikTok, donde trabajamos con contenido audiovisual corto, testimonios, píldoras de conocimiento y proyectos reales.
También potenciamos los eventos híbridos, emisiones en streaming y empezamos a apostar por los podcasts, que nos permiten generar conversación y conocimiento compartido con las diversas partes implicadas en los procesos formativos y potenciales estudiantes.
Pero, más allá del canal, lo importante es el tono: cercano, inspirador y útil. Queremos que quien nos escuche vea en EOI una comunidad de la que puedan aprender, a la que puedan pertenecer y con la que puedan crecer.
¿Qué papel tienen los antiguos alumnos y las redes de talento en la proyección de la escuela?
Un papel fundamental, ya que son los grandes protagonistas de nuestra escuela. La comunidad de antiguas alumnas y alumnos de EOI es una de las más valiosas herramientas de conexión y reputación de que disponemos, el resultado más evidente del éxito de nuestra esencia más pura: la formación.
Muchas de las personas que han pasado por nuestras aulas ocupan hoy posiciones relevantes en la Industria, en la Administración Pública, en las empresas y en el ecosistema emprendedor, por lo que se han convertido en los mejores embajadores de la marca EOI y en garantía de éxito para quienes estén pensado en formarse con nosotros.
Además, las redes de talento que promovemos —a través de encuentros, mentoring o proyectos colaborativos— fortalecen ese sentido de pertenencia que, desde la comunicación, procuramos amplificar con orgullo. Porque EOI es más que una escuela de negocios: es una comunidad viva de líderes comprometidos con transformar la realidad económica, industrial y social del país.
¿Qué importancia das a la comunicación interna en una institución con tanta diversidad de perfiles, docentes y proyectos?
Aquí y en cualquier otro lugar, la comunicación interna es esencial para que todo lo demás funcione. Es la pieza clave del puzzle que une una organización diversa como la nuestra y el primer paso para garantizar el éxito de cualquier estrategia de comunicación externa. Desde dentro hacia afuera. Porque es esencial que, antes de dar a conocer al mundo quiénes somos y qué hacemos, lo tengamos claro dentro, en casa.
Y, para ello, el equipo de Comunicación, Márketing y Relaciones Institucionales, en nuestro caso, debe estar bien alineado con la dirección general de EOI y muy bien coordinado con el resto de los departamentos: sobre todo Recursos Humanos, pero también con Servicio Generales, Digital, Formación, Desarrollo de Negocio, Políticas Públicas o Finanzas.
En EOI trabajamos mucho con alumnas y alumnos, investigadores, docentes externos, empresas, administraciones, etc. Y todos ellos, a pesar de sus distintos perfiles y perspectivas, necesitan sentirse parte de un mismo lugar y con un mismo propósito. Por eso fomentamos una comunicación interna abierta, participativa y transversal, que no sólo informe, sino que también inspire.
Cuando los equipos comprenden y comparten el propósito institucional, se convierten en los primeros embajadores de la marca. Y, sobre todo, en los más fieles, porque realmente creen en lo que dicen y en lo que hacen, y lo comparten con orgullo. Dedican gran parte de su vida a ello. En una institución pública con espíritu innovador, esa coherencia interna es nuestro mayor activo reputacional.
Seguiremos Comunicando…










