En un contexto donde los desafíos sociales, ambientales y económicos requieren respuestas colaborativas, las ONG se consolidan como actores esenciales en la construcción del bien común. Sin embargo, su impacto y labor a menudo permanecen invisibles ante la opinión pública. Por ello, iniciativas que promuevan su visibilización resultan fundamentales para fortalecer su legitimidad, ampliar sus redes de apoyo y potenciar su influencia en el ámbito de los asuntos públicos. Es el caso de “Lo social lleva acento”.
Un año más, por tercera vez consecutiva, la agencia de comunicación y relaciones públicas AcentoenlaCé, abre la convocatoria de este certamen que da voz a entidades sin recursos. Cristina González, socia fundadora de AcentoenlaCé, habla con PRNoticias sobre la necesidad de apoyar a las ONG para hacerlas más fuertes, también desde la comunicación.
Todas aquellas asociaciones, fundaciones y ONG que contribuyan a construir una sociedad más justa, igualitaria y comprometida podrán presentar su candidatura hasta el 6 de noviembre. El proyecto ganador recibirá un servicio profesional de comunicación gratuito para potenciar su crecimiento y aumentar su visibilidad, uno de los grandes retos del tercer sector. Con esta edición, AcentoenlaCé refuerza su compromiso con la comunicación con propósito y celebra el poder transformador de las personas.
¿Cómo crees que iniciativas como ‘Lo social lleva acento’ ayudan a visibilizar a las ONG?
Iniciativas como “Lo social lleva acento” son un recordatorio de que la comunicación puede convertirse en un motor de cambio social. Las ONG hacen una labor extraordinaria, pero sin una estrategia de comunicación sus esfuerzos quedan en la sombra. Este premio no solo les ofrece visibilidad mediática, sino la oportunidad de contar sus historias de una manera atractiva, cercana y creíble. Y cuando eso ocurre sucede algo maravilloso: se movilizan apoyos, se suman voluntarios, se atraen recursos y se genera conciencia en torno a realidades que pasan desapercibidas. Cada edición nos confirma que la visibilidad no solo transforma la percepción externa de las ONG, sino que también refuerza su confianza interna.
¿Qué elementos de comunicación son los más urgentes de mejorar en estas organizaciones?
Lo más urgente no es tanto disponer de grandes recursos, sino trabajar la estrategia. Saber cómo contar lo que hacen, elegir bien los canales, adaptar los mensajes y hacerlo de manera eficaz. Los profesionales que trabajan en las asociaciones son psicólogos, médicos, cuidadores, gestores, todo a la vez, y no tienen tiempo ni conocimientos para transmitir todo lo que logran. Su impacto queda infravalorado porque la sociedad no percibe en su justa medida el esfuerzo y la transformación que generan. La comunicación siempre ha sido el gran olvidado, pero cada vez más, también en el tercer sector, las organizaciones comienzan a ser conscientes de su verdadera trascendencia. Contar con un servicio de comunicación sólido, estratégico y constante es una herramienta esencial para visibilizar su labor, movilizar apoyos y generar alianzas.
¿Puedes compartir ejemplos concretos de cómo ediciones anteriores de ‘Lo social lleva acento’ han contribuido a que una ONG logre más voluntariado, financiamiento o influencia en políticas públicas?
Una de las grandes satisfacciones de este premio es comprobar lo rápido que la comunicación genera resultados visibles. La Fundación DiabetesCERO, ganadora de la primera edición, es un ejemplo muy claro. Contar con un gabinete de prensa les permitió que su mensaje llegara a medios nacionales, algo que hasta entonces les resultaba prácticamente imposible. Lo que estas experiencias nos confirman es que la comunicación no solo amplifica el alcance de las ONG, sino que abre puertas a oportunidades reales: nuevas colaboraciones, donaciones, voluntarios y, lo más importante, un cambio en la percepción social sobre sus causas.
¿Cuáles son los principales obstáculos que enfrentan las ONG para traducir ese reconocimiento en cambios tangibles en su capacidad de impacto?
El principal obstáculo suele ser la falta de recursos humanos y económicos. Muchas asociaciones funcionan con equipos muy reducidos que compaginan varias tareas, lo que dificulta dar continuidad a la estrategia de comunicación o aprovecharla al máximo. Otro reto es la sostenibilidad de la notoriedad. Una campaña o una aparición en medios puede tener un gran impacto, pero si no refuerza con mensajes constantes y coherentes, el interés se diluye. Es vital consolidar el relato, con planes de comunicación a largo plazo, y un contacto continuado con los periodistas. Y el tercero es cultural. Muchas organizaciones ven la comunicación como un gasto y no como una inversión estratégica. Y este cambio de mentalidad es clave porque solo entendiendo la comunicación como parte de su misión podrán aprovechar todo su potencial.
¿Qué métricas utilizáis para evaluar el éxito de la iniciativa, tanto para AcentoenlaCé como para las ONG que participan?
Medir el éxito de una iniciativa como “Lo social lleva acento” tiene dos dimensiones complementarias. Por un lado, desde AcentoenlaCé evaluamos la visibilidad en medios de comunicación: número y calidad de impactos, presencia en cabeceras nacionales y locales, y cómo se logra trasladar el mensaje de cada ONG a audiencias relevantes. Pero, más allá de las métricas cuantitativas, el verdadero éxito está en el reconocimiento que sienten las asociaciones, y nuestro propio equipo. Para nosotras, como agencia, crear y seguir dando forma a “lo social lleva acento”, es parte de nuestra identidad. Queremos ser una agencia con propósito, comprometida no solo con hacer mejor nuestro trabajo o cuidar a nuestros empleados. Tomar acción con nuestro entorno para generar cambios positivos está en nuestro ADN y es una de las áreas que queremos explotar en los próximos años.
¿Qué aprendizajes os han dejado las ediciones anteriores que están ayudando a que este año sea aún más eficaz en términos de ofrecer valor a las ONG y al público?
Cada edición de “Lo social lleva acento” nos ha enseñado algo nuevo, y eso nos permite mejorar continuamente la forma en que acompañamos a las ONG. Una de las principales lecciones es que trabajar con organizaciones sociales no es muy distinto a trabajar con marcas comerciales, pero sí requiere un enfoque todavía más cuidado. Los medios, en muchas ocasiones, son más reticentes a dar espacio a causas minoritarias, y ahí nuestro aprendizaje ha sido claro. Hay que ir más allá de la nota de prensa y construir narrativas más potentes, con historias humanas, testimonios inspiradores y contenidos que conecten emocionalmente. Y hacerlo, además, desde la creatividad. Un reto doble cuando además hay pocos recursos.
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