Los ciudadanos españoles encaran el próximo año con una visión cautelosamente optimista, según el Observatorio de las Expectativas. ¿Qué mueve y qué frena a los ciudadanos?, elaborado por ATREVIA, consultora estratégica de Atracción, Influencia, Transformación y Anticipación, líder iberoamericana en Comunicación, Marketing y Asuntos Públicos con presencia en 15 países -España, Portugal, Bruselas, Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, México, Panamá, Paraguay, Perú y República Dominicana y Uruguay- y un equipo de 640 profesionales multidisciplinares. El 37,1% de la población espera que su situación mejore en 2026, frente a un 10,2% que anticipa un empeoramiento. Más de la mitad (52,7%) prevé mantenerse en niveles similares, lo que configura un saldo positivo de confianza del 26,9%.
Esta diferencia de casi 27 puntos entre optimistas y pesimistas configura un saldo netamente positivo, que sugiere un clima de confianza contenida. La ciudadanía no anticipa grandes transformaciones, pero sí una tendencia a la estabilidad con margen de mejora. Dicho de otro modo, predomina una mirada esperanzada, aunque sin euforia.
Factores que despiertan esperanza e inquietud
El estudio, basado en una encuesta representativa a 1.801 personas, ofrece en definitiva una radiografía del estado de ánimo social en España. Su objetivo: comprender cómo la ciudadanía proyecta su futuro inmediato, qué factores alimentan la esperanza y cuáles despiertan inquietud.
El sondeo partía de preguntar a los participantes sobre quince aspectos a valorar para determinar sus ilusiones y preocupaciones, clasificando del que más (posición 1ª) al que menos (posición 5ª). Los encuestados debían escoger entre: Bienestar mental, Paz y seguridad, Amor, Trabajo, Ingresos y ahorros, Prevención en salud, Medioambiente y sostenibilidad, Relaciones de amistad, Cultura y educación, Bienestar físico, Planificación financiera a largo plazo, Gastos y gestión financiera, Avances científicos y tecnológicos, Conexiones y apoyo emocional y Ocio y tiempo libre.
Los resultados reflejan una sociedad que no espera grandes transformaciones, pero sí mejora y estabilidad. La confianza se apoya, principalmente, en el bienestar físico y mental, el amor y la paz y seguridad, considerados los aspectos vitales más ilusionantes.
Por el contrario, cuestiones vinculadas a las finanzas personales o la sostenibilidad, aunque valoradas, se sitúan en un segundo plano como fuentes de motivación más instrumentales que emocionales.
Por sexos, las mujeres se muestran más optimistas que los hombres (40,8% frente a 33%). Los jóvenes de entre 18 y 25 años lideran la esperanza en el futuro, percibiéndolo como espacio de oportunidad y cambio. Con la edad, sin embargo, predomina una mirada más estable y prudente, centrada en la continuidad y la seguridad personal.
En el ámbito de las preocupaciones, el bienestar físico y mental vuelven a ocupar los primeros lugares: son las áreas que más inquietan ante la posibilidad de empeorar. Les siguen los ingresos y ahorros y el trabajo, evidenciando la relevancia de la estabilidad económica como soporte de la confianza personal.
Lo que ilusiona…
Las mujeres tienden a mostrar más ilusión por el bienestar físico, el trabajo, la cultura y educación, la prevención y educación en salud y las relaciones de amistad. Los hombres, en cambio, destacan el ocio y tiempo libre, los avances científicos y tecnológicos y la gestión financiera, con una inclinación mayor hacia lo profesional y económico.
Por edad, se dibuja un patrón generacional claro: los jóvenes (18 a 25 años) muestran especial ilusión por el bienestar mental, los avances científicos y tecnológicos, el medioambiente y sostenibilidad, y, de forma destacada, las relaciones de amistad, reflejando una visión más innovadora y con conciencia social. Entre los 26 y 40 años la prioridad se concentra en avances científicos y ocio y tiempo libre, junto con la cultura y educación. En el grupo de 41 a 55 años, lo más ilusionante es el bienestar físico, mientras que entre los mayores de 56 a 70 años priorizan el bienestar físico y el amor, con un patrón más ligado al cuidado personal y las relaciones cercanas, y los gastos y la gestión financiera.
Lo que preocupa…
Los resultados reflejan que las preocupaciones están dominadas por la salud y la estabilidad personal. El bienestar físico destaca con mucha diferencia como la principal inquietud: un 36,9% lo sitúa en primer lugar. Le siguen el bienestar mental y el amor, que ocupan posiciones cercanas a la cabecera y reflejan la importancia de la salud integral y las relaciones afectivas en la percepción de calidad de vida.
En un segundo nivel de preocupación se sitúan los ingresos y ahorros y el trabajo, ligados a la seguridad y estabilidad económica. También aparecen en esta franja la prevención y educación en salud y la gestión financiera, lo que refuerza la idea de que la estabilidad material y la protección de la salud forman un bloque de atención prioritaria.
En contraste, las preocupaciones menos urgentes se relacionan con aspectos de proyección futura o sociales: cultura y educación y, en especial, conexiones y apoyo emocional ocupan las últimas posiciones. También el ocio y tiempo libre y las relaciones de amistad aparecen en el tramo final, lo que indica que, aunque valorados, no generan tanta ansiedad ante un posible empeoramiento.
Un caso intermedio es el del medioambiente y la sostenibilidad: aparece en la parte baja de la escala, algo alejado de preocupaciones centrales como la salud o la economía.
Expectativas y comunicación social: una lectura para las marcas
El Observatorio de las Expectativas de ATREVIA ofrece claves de valor para las empresas y organizaciones que buscan conectar con la ciudadanía. El estudio demuestra que los mensajes más efectivos son aquellos que ponen en el centro la salud, la seguridad y las relaciones humanas, dejando claro que el bienestar define hoy el motor emocional de la sociedad española.
En un contexto de incertidumbre, las marcas deben trasladar confianza, empatía y propósito, alineando su comunicación con las verdaderas aspiraciones ciudadanas: vivir mejor, cuidar lo cercano y mirar al futuro con serenidad.
Con este informe, ATREVIA refuerza su papel como referente en el análisis de tendencias sociales y comunicativas, aportando conocimiento estratégico sobre el pulso emocional de la sociedad española.
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