El misterioso “doctor” (el título le encanta) Aleix Sanmartín trae estos días de cabeza a mucha gente. Porque nadie sabe muy bien a qué se dedica, qué baraja usa y qué palos toca en su labor profesional. Consta que meses atrás el Partido Popular de Alberto Núñez Feijóo le fichó después de haber deslumbrado durante un tiempo a Pablo Casado y haber llevado a San Telmo a Juanma Moreno en Andalucía.
Pero también consta, según diversas informaciones periodísticas que no han sido desmentidas, que Sanmartín también anda asesorando a Indra, la empresa pública -y, por tanto, supervisada desde la Moncloa sanchista- en la que está al frente Ángel Escribano. El capitoste de Indra anda empeñado -entre otras operaciones- en absorber a su otro accionista en la empresa, que, curiosamente, es su propia empresa. Cosas de la vida. Un mejunje extraño en el que Sanmartín estaría mojando su hogaza, supuestamente como asesor en cuestiones internacionales. Pero eso no evita que algunos no comprendan que el principal consultor en cuestiones electorales del PP esté en esa salsa. Aunque tal vez algo tenga que ver el hecho de que a Escribano se le haya visto por el Foro La Toja que mangonean los restos del marianismo y la llamada ‘secta gallega’ del PP.
Pero dejemos a Escribano, el ‘ticoon’ del Henares, y retornemos al doctor Sanmartín, discípulo del difunto José Luis Sanchís y pupilo de Alejandro Pizarroso, experto en propaganda y desayunos bizarros a base de tequila y cigarrillo sin boquilla. Sanmartín sigue siendo una incógnita con respecto a Génova, 13, pero sí parece claro que el exconsultor de Andrés López Obrador, José Luis Rodríguez Zapatero o Salvador Illa, entre otros muchos, se decantó por el cuartel general del charrán porque allí le hacían más caso que en La Moncloa de Pedro Sánchez.
Dicen, por cierto, que en su desembarco popular fue decisivo el inquietante Elías Bendodo, con el que comenzó a tratar durante la campaña andaluza que llevó a San Telmo a Juanma Moreno. Y que es Bendodo el que anda soltando tinta de calamar sobre las implicaciones de Sanmartín en el PP y en Indra, quitando hierro a todo lo que se publica sobre ‘er gurú’. Queda claro que el sujeto es una incógnita.
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