Esta semana se ha cumplido un año del asalto del Gobierno a Radio Televisión Española. El 30 de octubre de 2024, y pese a haberse suspendido la sesión de control al Gobierno en solidaridad con las víctimas de la DANA, la posterior votación sobre la convalidación del Real Decreto que días más tarde sitúo a José Pablo López al frente de la corporación pública continúo adelante.
La votación también sirvió para ampliar los miembros del Consejo de Administración de RTVE a quince, con mayoría del PSOE y sus socios (ERC, Sumar y PNV). De esta forma, y saltándose todos los cauces democráticos, Pedro Sánchez se garantizó el control del medio público.
Ahora, un año después de aquellos hechos, se puede afirmar que RTVE ha sido colonizada por los que mandan. Así lo ponen de manifiesto las decisiones que se han adoptado en los últimos meses, donde los espectadores han asistido a un profundo viraje del ente hacia la izquierda.
Los fichajes de rostros como Jesús Cintora, Javier Ruiz, Gonzalo Miró o Andreu Buenafuente son la mayor prueba de ello. La programación de TVE se ha convertido en un altavoz de las consignas de la Moncloa con un único objetivo: perpetuar el mandato de Pedro Sánchez.
Sobresaliente en servir al Gobierno
Este miércoles, Informalia ha publicado una entrevista a Martín Medem, ex miembro del Consejo de Administración de RTVE, en la cual este afirma que el Gobierno tuvo un papel fundamental en fichajes como el de David Broncano; el objetivo no era otro que robar audiencia a El Hormiguero, programa especialmente crítico.
Porque lo cierto es que desde que José Pablo López preside la corporación, el info-entretenimiento de carácter político ha tomado un papel protagonista en la parrilla de la pública. El caso más evidente es el de Malas lenguas, presentado por un Jesús Cintora siempre fiel al poder socialista.
La programación de RTVE en el último año se ha transformado en un verdadero maratón de tertulias y debates. Desde la mañana hasta la noche, la política encadena un programa tras otro, generando un “efecto arrastre” que ahora le sirve de parapeto y “excusa” a los directivos del ente.
La cadena ofrece un menú que arranca con La hora de La 1 (Silvia Intxaurrondo), sigue con Mañaneros 360 (Javier Ruiz, con 6,2 millones de euros de coste), Directo al grano (3,7 millones), y empalma con Malas lenguas antes del Telediario 2. La jornada política se cierra con el espacio nocturno de Xabier Fortes en el Canal 24 Horas.
Por ello, desde la Moncloa consideran que José Pablo López está sacando sobresaliente en la asignatura. Las audiencias, además, le sonríen. La 1 ocupa cómodamente la segunda posición, manteniendo una holgada distancia con Telecinco, que ni está ni se la espera.
TVE ha estabilizando su cuota de pantalla media por encima del 10%. Una cifra muy superior a lo esperado y que sería imposible si la cadena de Fuencarral no estuviera sumida en la peor crisis de su historia. Veremos hasta cuándo aguanta la fórmula del info-entretenimiento y el servilismo político.
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