Con motivo del Día Mundial de la Diabetes, que se celebra el 14 de noviembre, la Fundación DiabetesCERO ha hecho un llamamiento urgente para impulsar los ensayos clínicos en diabetes tipo 1. Esta enfermedad autoinmune, crónica y grave afecta a más de 166.000 personas en España y a 9,5 millones en todo el mundo. Cada año se diagnostican entre 1.200 y 1.500 nuevos casos en menores de 15 años, una cifra que refleja la necesidad de acelerar la investigación.
Según el informe “Ensayos clínicos en diabetes tipo 1: la asignatura pendiente”, España cuenta actualmente con solo cuatro ensayos clínicos activos, lo que la sitúa en el décimo puesto de Europa, muy por detrás de Alemania, Francia o Dinamarca. Una posición que contrasta con el peso del país en la investigación biomédica europea y que, según la Fundación, evidencia una brecha preocupante en el acceso a terapias innovadoras capaces de frenar la destrucción de las células productoras de insulina.

Aunque España es una potencia en investigación clínica —solo en 2024 la AEMPS autorizó 930 ensayos, la mayoría en oncología y terapias avanzadas—, esta fortaleza no se refleja en el ámbito de la diabetes tipo 1. “Solo si conseguimos integrar la investigación en la práctica clínica y que la participación en ensayos sea parte del estándar de atención, como ya ocurre en oncología, podremos acelerar la llegada de nuevos tratamientos”, afirma la doctora Carmen Hurtado, directora de European Research en Breakthrough T1D y miembro del comité científico de DiabetesCERO.
Cuentas pendientes
La Fundación denuncia también la falta de un centro nacional o una red hospitalaria especializada en diabetes tipo 1, un vacío que dificulta consolidar proyectos de prevención y desarrollo de nuevas terapias. En otros países, consorcios que integran universidades, hospitales, industria y asociaciones de pacientes han demostrado su eficacia. El informe cita como ejemplo el modelo europeo INNODIA, red paneuropea en la que participa DiabetesCERO y que busca acelerar el desarrollo de tratamientos mediante la colaboración público-privada.
“No basta con participar, necesitamos liderar”, subraya Sandra Campinas, directora de la Fundación DiabetesCERO. A su juicio, España cuenta con talento científico y capacidad investigadora, pero falta una estrategia nacional que sitúe la diabetes tipo 1 entre las prioridades de salud pública. “Cada nuevo ensayo representa una oportunidad para miles de familias que esperan una respuesta y un futuro mejor”, añade.
La diabetes tipo 1 exige una vigilancia constante, el uso diario de insulina y un control de glucosa entre cuatro y diez veces al día. Sus complicaciones pueden ser graves —hipoglucemias, ceguera o infartos— y el impacto emocional y económico en las familias es enorme. En España, una de cada 42 familias convive con esta enfermedad, una realidad que la Fundación considera “invisible” y que reclama más atención en la agenda sanitaria nacional.
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