La comparecencia del president en funciones, Carlos Mazón, ante la Comisión de Investigación de la DANA en Les Corts ha trascendido de un análisis de la catástrofe a la revelación de una profunda y calculada falta de colaboración por parte del Gobierno de Pedro Sánchez.
La tragedia del 29 de octubre, que dejó un rastro de destrucción en un centenar de municipios, se ha convertido en el campo de batalla de una contienda política que, según lo evidenciado, se impuso por encima de la emergencia.
La sesión, impulsada por el PP y Vox, dibujó un crudo retrato de la respuesta inicial del Ejecutivo central. Mazón y su equipo señalaron las “96 horas” que tardó el Gobierno en autorizar el envío de militares a la “zona cero”, un tiempo crítico que, según los testimonios, agravó la situación.
Por otro lado, se mencionó la tardanza en movilizar fuerzas policiales, una inacción que pudo haber contribuido a los “pillajes” mientras, paradójicamente, ciudadanos que querían ayudar se manifestaban ante las Delegaciones del Gobierno, impedidos de desplazarse a las zonas afectadas. La conclusión de la comisión es que, ni las “229 víctimas” ni la magnitud de la devastación, fueron suficientes para que los líderes aparcaran su lucha partidista.
“No iba a participar en ese maquillaje”
Si la emergencia fue caótica, la fase de reconstrucción no ha sido mejor. El clímax de la jornada se produjo cuando se hizo pública la justificación de la Ministra y líder del PSPV, Diana Morant, sobre su propia conducta.
Morant admitió ante la prensa que nunca cogió las llamadas ni contestó los mensajes del Vicepresidente de la Reconstrucción, Gan Pampols, quien buscaba la colaboración. Su argumento fue demoledor: la figura de Pampols era una mera “estrategia de maquillaje” de la Generalitat.
“No cogí el teléfono porque no iba a participar en esa estrategia,” sentenció Morant, desvalorizando el trabajo de Pampols. La Ministra llegó a describir el principal producto de su Vicepresidencia, el Plan Endavant, como un “PowerPoint de 2 millones de euros,” afirmando que su colaboración “no era necesaria” para tal fin.
La actitud de la Ministra Morant, sin embargo, parece ser la punta del iceberg. El Gobierno valenciano ha denunciado un “abandono y marginación consciente” y una estrategia de bloqueo que se extendió a múltiples niveles ministeriales.
La Generalitat ha insistido en establecer la Comisión Mixta, un mecanismo de colaboración interadministrativa utilizado en catástrofes como la del volcán de La Palma, pero que el Gobierno central ha negado sistemáticamente a la Comunidad Valenciana.
La conclusión que emerge es que, mientras miles de damnificados lidiaban con toneladas de barro, la cúpula del Gobierno central y la líder de su partido en la Comunidad Valenciana estaban “a otra cosa”.
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