Trump sigue con su ofensiva contra los medios críticos a su gobierno. La Casa Blanca acaba de poner en marcha una página web dedicada a denunciar fake news, aunque en la práctica se centra en señalar informaciones incómodas para el presidente. El estreno del portal llega tras una semana en la que el mandatario ha vuelto a tensar su relación con la prensa, dejando tras de sí un rastro de descalificaciones, insultos y acusaciones de deslealtad.
El episodio más reciente fue la inclusión de CBS y The Boston Globe como primeros “casos” del nuevo registro oficial de noticias falsas. El Gobierno sostiene que ambos medios tergiversaron un reportaje sobre la llamada de varios congresistas demócratas a los militares para que no obedecieran órdenes ilegales de Trump. Según la Casa Blanca, la mera idea de que el presidente pudiera dar una instrucción fuera de la ley es ya un “bulo”, y acusa a ambos medios de manipular la información al omitir, según ellos, el contexto de que Trump “siempre ha dado órdenes legales”. El portal lo remata con un mensaje directo: “Los medios de noticias falsas lo sabían, pero aun así difundieron la noticia”.
El lanzamiento de esta plataforma no es un gesto aislado, sino la continuación de una escalada verbal que ha marcado el regreso de Trump a la Casa Blanca. Días antes, el presidente había interrumpido y humillado a una reportera con un “silencio, cerdita” cuando esta le preguntó por el caso Epstein. La polémica apenas se había enfriado cuando, en pleno Despacho Oval y ante el príncipe heredero saudí Mohamed bin Salmán, arremetió contra Mary Bruce, de ABC, a quien tildó de “pésima reportera” tras una pregunta sobre el asesinato de Jamal Khashoggi. Desde el Gobierno justifican estas salidas de tono como expresiones de “transparencia” y “honestidad”, argumentos que chocan con las advertencias reiteradas de organizaciones como la Sociedad Interamericana de Prensa, que considera estas prácticas un “ataque” abierto a la libertad de expresión.
Una crisis mediática que deja a 50 millones de estadounidenses sin prensa local ni fuentes de noticias
Mientras la Casa Blanca libra su batalla particular contra la prensa nacional, el ecosistema mediático estadounidense enfrenta una crisis más profunda y silenciosa. El informe State of Local News 2025, de Northwestern University, traza un mapa preocupante: más de 50 millones de personas viven ya en condados convertidos en auténticos desiertos informativos, sin un medio local o con una única fuente de noticias. El cierre acelerado de periódicos, la pérdida de audiencia digital y el retroceso de la financiación pública están erosionando las bases del periodismo de proximidad, un fenómeno que empieza a extenderse fuera de Estados Unidos y que cuestiona la salud democrática de las comunidades afectadas.
Así, mientras Trump amplía su cruzada contra los medios que le incomodan, el país se adentra en un escenario de fragilidad informativa sin precedentes. Un doble frente que no solo tensiona la relación entre el poder y la prensa, sino que también debilita el acceso de millones de ciudadanos a una información fiable y plural, esencial para que la democracia se pueda dar.
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