La retirada de España de Eurovisión no ha supuesto la desaparición del Benidorm Fest. RTVE ha insistido en que el certamen seguirá adelante en 2026, desligado ya del concurso europeo y apoyado en lo que la corporación define como una “identidad propia, totalmente consolidada”. La cadena confía en que el formato pueda sostenerse sin el efecto arrastre de Eurovisión y mantenga su condición de escaparate para artistas y autores.
La quinta edición tiene ya fechas confirmadas: se celebrará entre el 10 y el 14 de febrero de 2026, con dos semifinales y una final en el pabellón de L’Illa, en Benidorm. La organización ha reforzado además su apuesta por la profesionalización del festival, que otorgará un premio de 150.000 euros a repartir entre intérpretes y compositores. La medida forma parte del plan de RTVE para consolidar el Benidorm Fest como el gran festival musical del país, independientemente de su vinculación con Eurovisión.
La decisión de no participar en Eurovisión 2026 la comunicó RTVE hace sólo unos días, respaldada por su Consejo de Administración. La decisión llegó después de que la Unión Europea de Radiodifusión optara por mantener en la competición a Israel, una postura que la cadena considera incompatible con los principios de neutralidad del festival en el contexto del genocidio en Gaza.
El anuncio puso fin a una presencia ininterrumpida desde 1961 y vino acompañado de otra decisión histórica: RTVE tampoco emitirá las galas de Eurovisión 2026, un gesto que marca distancia con la organización y refuerza el carácter político de la retirada.
¿Qué es y cómo nació el Benidorm Fest?
El certamen nació en 2022 como un mecanismo renovado para elegir la candidatura española a Eurovisión. Recuperaba el nombre del histórico festival de la canción de Benidorm, pero apostaba por un formato completamente nuevo: actuaciones en directo, jurado profesional, voto demoscópico y participación del público mediante televoto.
La iniciativa supuso un intento de modernizar el proceso de selección y de recuperar la relevancia perdida en las participaciones españolas del concurso europeo. Desde su primera edición, el Benidorm Fest se convirtió en una plataforma eficaz para artistas emergentes y en un fenómeno mediático capaz de captar la atención de audiencias que normalmente no seguían los procesos de preselección.
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