¿Quién negaría a Lukasenko que le tocase la pierna en su despacho? ¿Cuántos pellizcos ‘divertidos’ repartió Boris Yeltsin a los culos de sus secretarias? Y si paseamos por el resto de países del mundo… ¿Cuántas mujeres se ven sometidas a acoso?
He oído comentar que, no es lo mismo cualquier acto de ‘acercamiento’… que subirse la bragueta en la cara de una subordinada… Y, ¿qué más da? cualquiera de estos casos, que llevan a muchos socialistas a irse del PSOE pero seguir en el cargo… ¿Serán los únicos? Feijóo, para variar, no se entera, y en lugar de machacar sobre el clavo de la corrupción y no salir corriendo de sus responsabilidades, se abraza a las guarrerías, que a buen seguro tendrá que escuchar en sus propias filas. O es que alguien piensa, después de lo visto con los errejones y familia, de partidos feministas ‘pata negra’, que en la derecha o en la extrema Vox de Ariza no hay acoso de todo tipo, estructura, condición… los acercamientos serían incontables. Sánchez lo ha dicho, porque no es gilipollas. Se ve con los ojos cerrados. Es una enseñanza, una condición, una respuesta, una puta vergüenza…
Lo que sí es, es un problema, como casi todo, de Educación. A los que de niños nos perseguían para meternos mano, tenemos que ver que hoy de Defensor del Pueblo, al señor que de aquella era el defensor del patio de los pequeños… ¡Ay! la Educación.
He visto madres de ‘actrices’ noveles pedirles que se desnuden para una película de monjas… jajajajajajaja… Años 80… el Me Too no ha hecho más que empezar y a los asesores de estos que ahora gritan en voz baja, les saldrá un sarampión, porque es lo que las víctimas sienten: Sarampión social, incomprensión, asco y locura por no entender.
Jean Hyppolite Gondrè










