En la Tierra a lunes, diciembre 22, 2025

ENTRE LOS PROFESIONALES DE LA COMUNICACIÓN ESPAÑOLES CRECE LA PREOCUPACIÓN POR EL DESARROLLO DE LA IA

¿Debería haber normas globales de IA? ¿Quién las debería definir?

ROMAN Y ATREVIA OPINAN

¿Es correcto hablar de Occidente Vs. BRICS o no?

Pablo Gallego, socio-director de Roman Digital

Desde Roman reconocemos que vivimos en un mundo claramente multipolar. Es buena noticia que BRICS quiera empujar la conversación sobre gobernanza global de la IA desde una lógica de inclusión, acceso y desarrollo.

“Existe un riesgo real en que los diferentes mercados tengan claras divergencias frente al fenómeno que está suponiendo la inteligencia artificial generativa.”

Mientras que los BRICS avanzan con esta posición, en la UE estamos apostando por un enfoque regulatorio y basado en riesgo con el AI Act, que entró en vigor en 2024 y se despliega por fases (incluyendo prohibiciones iniciales y obligaciones crecientes para sistemas de alto riesgo). Eso marcó ya una posición clara: proteger derechos y seguridad con obligaciones verificables, intentando a la vez mantener la innovación dentro de reglas comunes.

Por otro lado, en EE. UU., el tono reciente va más hacia competitividad e innovación y, sobre todo, a evitar un mosaico de normas estatales: en 2025 se reorientó la política federal con una nueva orden ejecutiva y, a finales de 2025, otra medida para frenar regulaciones estatales y empujar hacia un marco nacional único. En ese contexto, desde roman consideramos que existe una oportunidad en que estos tres impulsos —BRICS, UE y EE. UU.— converjan en estándares interoperables y mecanismos de confianza compartidos, porque sin puentes entre bloques habrá más fragmentación, más incertidumbre para empresas y más riesgo para ciudadanos.

La vía razonable es acordar un mínimo común global (seguridad, rendición de cuentas, transparencia e impacto social) y después aterrizarlo en marcos regionales, apoyándonos en espacios multilaterales como el Global Dialogue on AI Governance y el Scientific Panel creados en el marco de la ONU.El riesgo, si cada bloque avanza por su cuenta, es terminar con un “puzzle” de iniciativas incompatibles que aumente la fragmentación y la desconfianza.

¿Normas globales de IA? Sí, pero entendidas como un suelo común de principios (seguridad, transparencia, protección de datos, rendición de cuentas, impacto social) y de estándares interoperables, no como un “reglamento único” que ignore realidades nacionales.

“¿Quién las define? No debería ser “Occidente vs. el resto”, sino un esquema con legitimidad multilateral y participación real de países en desarrollo, gobiernos y también sector privado, academia y sociedad civil (cada uno en su rol). La ONU es quizás el organismo mejor indicado para ello.”

Óscar Peña, Chief Innovation & Digital Solutions Officer ATREVIA

Yo miraría la propia historia de Internet. La red nunca ha tenido un “gobierno global” único. Sí ha funcionado, en cambio, mediante mecanismos de gobernanza distribuida, con organismos multilaterales y multistakeholders como ICANN, IETF o W3C, donde conviven estados, empresas, comunidad técnica y sociedad civil.

Elementos críticos como los nombres de dominio (DNS), los protocolos de comunicación o los estándares web no se definieron desde una lógica geopolítica, sino desde la necesidad de que la red funcionara para todos.

“Mi opinión es que no debería existir una única gobernanza para la Inteligencia Artificial. Debería ser un modelo que heredase la experiencia de Internet.”

No creo que sea positivo para el desarrollo de esta tecnología establecer marcos normativos monolíticos impuestos por bloques geopolíticos. Confío más en acuerdos globales de principios, de interoperabilidad, de uso crítico, que se combinen -como ocurre ahora con la red- con marcos regulatorios regionales y/o nacionales.

Para mí el interés que abre la cumbre de BRICS es precisamente el de recordar que la gobernanza de la IA, como ocurrió con Internet, no puede nacer de una sola visión del mundo. Y, sobre todo, lanzar el mensaje de que el éxito de la IA dependerá menos de quién define las reglas y más de la capacidad de generar consensos operativos mínimos que favorezcan la innovación, la confianza y su estabilidad y desarrollo a largo plazo.

Con la IA no existe aún un equivalente claro para la ICANN, pero sí hay organismos y foros que podrían jugar un rol similar. Por ejemplo, el IRTF, ISO/IEC, IEEE o el W3C están desarrollando estándares técnicos y éticos para el uso de la  IA, y también en la gobernanza del dato. Y otros como la GPAI (Global Partnership on AI) o el AI Governance Alliance del Foro Económico Mundial, intentan replicar el modelo que funcionó con Internet.

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