Las personas mayores requieren una atención médica integral y muy adaptada, debido a los múltiples factores que intervienen en su salud y la complejidad de su situación, según se destacó en la jornada “Decisiones médicas en el paciente mayor: una mirada transversal”, organizada por el Hospital Universitario Infanta Elena -hospital público de la Comunidad de Madrid- con el objetivo de ofrecer actualizaciones prácticas sobre el manejo del paciente geriátrico.
Concretamente, la Dra. Lucía Furones, especialista del Servicio de Geriatría del centro valdemoreño, recordó que el paciente mayor suele presentar múltiples enfermedades crónicas, tratamientos complejos y una gran variabilidad en su situación funcional y social. “Los problemas de salud en Geriatría nunca dependen de un solo factor, y requieren una valoración amplia que incluya no solo la enfermedad concreta sino también la movilidad, la nutrición, la medicación, la situación cognitiva y el entorno en el que vive la persona”, afirmó.
Un enfoque integral y multidisciplinar permite que los distintos profesionales (médicos, enfermeras, terapeutas ocupacionales, trabajadores sociales, nutricionistas) aporten una visión complementaria. Este modelo mejora la precisión diagnóstica, reduce complicaciones, ajusta mejor los tratamientos y facilita decisiones compartidas y realistas con el paciente y su familia. “En definitiva, permite ofrecer una atención más segura, eficiente y centrada en la persona”, subraya la geriatra.
Entre los retos que se plantean en el abordaje de los pacientes mayores, destacan la fragilidad y la multimorbilidad, que hacen que pequeñas infecciones o descompensaciones tengan un impacto mayor. La polifarmacia, que aumenta el riesgo de efectos adversos, y la variabilidad funcional y cognitiva, que obliga a adaptar los tratamientos a cada paciente, son otros factores cruciales a tener en cuenta en la atención a los mayores. La complejidad en la toma de decisiones, especialmente en situaciones de enfermedad avanzada, dependencia o falta de capacidad, supone otro de los desafíos a superar.
Tal como quedó patente en la jornada, para hacer frente a la complejidad de abordar a estos pacientes, es importante una valoración geriátrica estructurada desde el inicio del ingreso o en consulta, así como contar con equipos multidisciplinares coordinados, estrategias claras de prescripción y desprescripción y una formación continuada en Geriatría para todos los profesionales del hospital. “También es importante escuchar al paciente y su familia, y trabajar con objetivos que sean alcanzables y coherentes con su situación”, destacó la Dra. Furones.
Pilares de la estrategia
La estrategia a adoptar por el centro para el correcto manejo del paciente geriátrico y la adecuada toma de decisiones está basada en diversos pilares. Uno de ellos es la detección precoz de pacientes mayores frágiles mediante herramientas sencillas en Urgencias y en Hospitalización. También es fundamental contar con protocolos transversales de atención geriátrica, aplicables por todos los servicios, que unifiquen la toma de decisiones en áreas como delirium, caídas, nutrición, insuficiencia cardiaca o polifarmacia.
Además de la formación continua, que permita que cualquier profesional pueda tomar decisiones basadas en evidencia y centradas en la persona, la colaboración estrecha entre servicios es otro pilar clave, con vías de comunicación ágiles entre medicina interna, geriatría, urgencias, terapia ocupacional, enfermería y trabajo social.
“Con estos elementos, el hospital puede ofrecer una atención más segura, eficaz y humana a una población cada vez más envejecida”, apostilló la Dra. Furones.
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