Irma Soriano ha acudido este lunes a Herrera en COPE para analizar su trayectoria y comentar sus nuevos retos profesionales, entre los que se encuentra el salto a Youtube. Pero, durante la charla, la periodista también ha recordado uno de los episodios más complicados de su carrera: la entrevista a Ana Orantes.
Ana Orantes era una mujer que, a finales de 1997, acudió a De tarde en tarde, el programa que Soriano presentaba en Canal Sur, para contar su historia. Orantes explicó el calvario que había pasado debido a que su marido le maltrataba, narrando episodios muy duros que conmocionaron al país, ya que se trataba de un tema tabú por aquel entonces. Dos semanas después de su aparición televisiva, su marido le asesinó prendiéndole fuego.
Este hecho marcó profundamente a Irma Soriano, que ha recordado lo que sintió tras el suceso. El tema ha surgido después de que Goyo González, colaborador de Herrera en COPE, le diera a elegir entre tres películas (Solo ante el peligro, Bailando con lobos o Murieron con las botas puestas) para definir su carrera: “Solo ante el peligro porque, en algunas ocasiones, me he sentido así profesionalmente. Sobre todo en una de ellas, fue una circunstancia muy difícil y muchas personas, que eran responsables de lo que estaba pasando, me dejaron muy sola”, apuntó Soriano.{wbamp-show start}
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Sin hacer mención explícita al episodio, Carlos Herrera ha querido echarle un capote a la presentadora, destacando que realizó su labor de una manera muy profesional: “Eso que decías acerca de que te dejaron sola… Tu ahí estabas haciendo tu trabajo y muy dignamente. Lo que hiciste fue entrevistar a una persona que después vivió una tragedia pero no la vivió porque tú la entrevistaras, sino porque estaba un asesino al lado”.
“Supongo que eso te lo reconoció todo el mundo”, ha añadido Herrera, a lo que Irma Soriano le ha confesado lo que sucedió realmente: “No, los responsables de esa cadena de televisión y de la productora me dejaron sola. Unos decían que había que ir hasta el cementerio, otros opinaban que, como llegaba la Navidad, mejor niños cantando villancicos. Y no dieron la cara, no por mí, sino por ellos. Me sentí muy sola pero seguimos adelante con la convicción de que ella era una heroína y nos enseñó muchas cosas”.
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