En la Tierra a viernes, noviembre 22, 2024

HM Hospitales pone en marcha la unidad de Medicina Hiperbárica en el HM Montepríncipe

El Hospital Universitario HM Montepríncipe dispone de una Unidad de Medicina Hiperbárica, un tratamiento que ha demostrado su eficacia en numerosas patologías y que por primera vez se incorpora a la cartera de servicios de HM Hospitales. La Medicina Hiperbárica se basa en el aumento de la oxigenación del cuerpo. Para ello “se emplea oxígeno sanitario con una pureza del 99,99 %, que proporciona una cámara hiperbárica de acero a una presión de hasta tres atmósferas”, explica la Dra. Anne Escribano, responsable de esta nueva Unidad.

La Dra. Escribano es médico hiperbarista y especialista en oncología radioterápica, uno de los ámbitos en los que las indicaciones de este tratamiento están claramente reconocidas. En los pacientes que sufren fibrosis e hipovascularización de los tejidos a consecuencia de la radioterapia, “la oxigenación hiperbárica actúa reduciendo edemas e inflamación y aumenta la neovascularización y los macrófagos”, afirma.

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La especialista explica que los enfermos con diabetes y crónicos son los que obtienen mayor beneficio de la Medicina Hiperbárica, junto con las personas que han sufrido alguna amputación o con riesgo de padecerla. “Nuestras células necesitan oxígeno para vivir y a través de la aplicación de tratamientos hiperbáricos conseguimos acelerar los procesos de cicatrización, curación y cierre de heridas, úlceras y escaras”.

La responsable de la Unidad asegura que los resultados obtenidos en úlceras y heridas que no cicatrizan son “muy gratificantes”. Es el caso de las heridas crónicas, ya sea provocada por presión prolongada –como las úlceras de decúbito–, o por falta de cicatrización –como el pie diabético–, ya que la falta de oxígeno es uno de los factores que retrasan la mejoría de estas lesiones. “Estos pacientes tienen su circulación sanguínea alterada, por lo que el oxígeno no llega eficazmente a los tejidos dañados, y resulta más fácil que aparezcan infecciones y que se complique aún más la curación”, explica la Dra. Escribano.

Múltiples aplicaciones

El tratamiento hiperbárico es de elección en casos de intoxicación grave por monóxido de carbono, ya que consigue eliminarlo “en tiempo récord”. Esto permite, por ejemplo, “reducir significativamente las secuelas cerebrales producidas por la hipoxia”, destaca la Dra. Escribano.

Asimismo, la Medicina Hiperbárica ha demostrado su eficacia en numerosas patologías cardiovasculares, traumatológicas, neurológicas, oftalmológicas, en cirugía plástica y estética e incluso en problemas emocionales, ya que ayuda a descansar mejor, desintoxica y revitaliza.

Sus variadas aplicaciones “y el hecho de que la Unidad esté integrada en una red hospitalaria nos hace estar especialmente ilusionados, y confiados en el valor añadido que esto va a suponer para nuestros pacientes”, asegura la Dra. Escribano, que pone a disposición de los médicos de múltiples especialidades una opción terapéutica con la que no contaban hasta la fecha.

Tratamiento

La aplicación del oxígeno se realiza en cámaras hiperbáricas de acero a una presión de hasta tres atmósferas. Este oxígeno caracterizado por su pureza y presión se trasporte se realiza a través del plasma sanguíneo, por lo que llega a las células a través de este y no de la hemoglobina.

Antes de someterse a tratamiento el médico hiperbarista realiza una completa valoración del paciente, con especial atención a sus oídos debido a la presión a la que estará sometido. Si determina que es apto para el tratamiento, accederá a la cámara con ropa cómoda de algodón y sin ningún tipo de dispositivo electrónico. “A medida que la presión aumenta se puede sentir un ligero dolor de oídos que se compensa fácilmente tragando saliva o abriendo y cerrando la boca”, explica la Dra. Escribano. El efecto dura aproximadamente cuatro horas, por lo que el tratamiento sigue actuando “aunque el paciente ya no esté en la cámara”.

La Dra. Escribano además indica que el número de sesiones depende de cada paciente y de cada patología, “pero es preciso que la presión sea de, al menos, dos atmósferas, ya que cuanto mayor sea la presión ambiental a la que se administra el oxígeno puro, mayor será la cantidad de oxígeno que va disuelto en plasma y, por tanto, llegará más cantidad a los tejidos mal oxigenados”.

 

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