En la Tierra a lunes, noviembre 25, 2024

El Hospital Universitario Infanta Elena cuenta con dos coches eléctricos teledirigidos para llevar a sus pacientes pediátricos a quirófano

Que la empatía y el cariño son una de las mejores recetas y que la actitud y el estado anímico pueden influir, para bien o para mal, en la recuperación de una enfermedad o problema de salud son ya casi dos axiomas para la mayor parte de la sociedad. Cuando, además, el paciente es un niño, se suman a su malestar o dolencia preocupación, nervios, cambios de rutina, angustia, y hasta no pocas rabietas.

El enfoque y el acercamiento adaptado a su edad y circunstancias son entonces cruciales, y para ayudar en este sentido, tanto a los pequeños como a sus familiares, y de paso contribuir a mejorar su estancia, colaboración en la acción médica, e incluso recuperación, el Hospital Universitario Infanta Elena, integrado en la red sanitaria pública madrileña, ha dado un nuevo paso en su Plan de Humanización de la Asistencia Sanitaria.

Y en esta ocasión, ha venido sobre cuatro ruedas, y con volante. Se trata de dos coches eléctricos teledirigidos, donados por el Ayuntamiento de Titulcia al hospital, en los que a partir de ahora los pacientes más pequeños que tengan que someterse a una intervención o prueba médica en el bloque quirúrgico recorrerán los pasillos del bloque quirúrgico hasta llegar al quirófano, dirigidos por control remoto por un celador.

La foto, además de resultar divertida y tierna, tiene claros beneficios en materia de bienestar y salud. Y es que, ayuda a recudir el miedo, estrés y ansiedad en los menores, que puede afectar tanto en la llegada al quirófano, como en la administración de la analgesia y en la fase de despertar postquirúrgico. De esta forma, entran más relajados en el bloque quirúrgico, lo que facilita la tarea del personal médico dentro de este, se olvidan de lo que les angustia y no asocian ese momento con algo negativo ni traumático, predisponiéndoles en positivo también para un próximo paso por quirófano.

Más aún: su tranquilidad que se extiende a los padres, quienes al ver a su pequeño más sereno y feliz, también se relajan y llevan mejor el momento de separarse de su pequeño antes de la cirugía o prueba médica y el tiempo de espera hasta su finalización.

Magia e ilusión durante el ingreso hospitalario

El hospital ya cuenta con largo recorrido en este tipo de iniciativas de humanización de la asistencia sanitaria dirigida a los pacientes pediátricos, por ejemplo, permitiendo acompañar a uno de los padres hasta el quirófano y pudiendo permanecer allí hasta que el menor está dormido, de manera que todo es mucho más amable y menos traumático para el niño.

En esta misma línea, otra acción lleva ya un año de desarrollo en el Hospital Universitario Infanta Elena, obteniendo fantásticos resultados: las sesiones semanales e individuales de magia para todos los niños hospitalizados, en las que el mago Dlin arrancan ilusión y sonrisas a niños y mayores.

El objetivo, nuevamente, es ayudar a los pequeños y sus familiares a aliviar la tensión que generan estos ingresos, a que los vivan de forma menos dramática, animarlos y tranquilizarles respecto a sus enfermedades, lo que a veces permite, incluso, disminuir la medicación para el dolor o el alivio de otras molestias.

Con estas sesiones se crea un entorno y momentos en los que la magia, la ilusión y las risas sustituyen por un rato a la preocupación, la tensión, el tedio y hasta las molestias o el dolor, mejorando el humor del pequeño y sus familiares, y el ambiente en general, haciendo aflorar emociones positivas y optimizando la adaptación y confort durante el periodo de hospitalización.

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