‘Es como cuando estás y no te das cuentas cuenta, como cuando te lo hacen y no te das cuenta’. El comentario ahí entrecomillado pertenece a Jorge Javier Vázquez, presentador estrella de la congelación, y de la cadena del Tío Paolo (Vasile), en la gala de Gran Hermano Banana Depresión del otro día. La frase, ya de por sí, sería para entornar la ceja, o cerrar la caja de lo que está por llegar. ¡Correr que de esta nos pillan!, se escucha en los pasillos. Lo cuento así, al modo y manera de cómo lo haría la Cadena íntima Limón y Naranja en horario de protección.
Pero en las circunstancias actuales, con la que está cayendo con la presunta violación a Carlota, y su posterior encubrimiento, es para hacer vuelo sin motor desde el Canto del Pico, esperando una iluminación que salve la poca cordura, el ocultamiento y la locura… ‘Doce meses, doce hostias’ a poco que se tengan dos dedos de frente, la Cadena debería haber entendido que la Justicia, perdón justicia, en España llega tarde, en muchos casos no llega, pero ahora parece que sí. ¡Pobre súper! ¡Qué cabrones!, perdón presuntos, para los que se afilan las uñas con el marco de la foto de bodas, en su despacho de gotelé.
Ocho años después de lo que sucedió con La Noria, el Tío Vasile nos ofrece un remake con todos los ingredientes: polémica con un suceso, clamor social, retirada de anunciantes, silencio absoluto de Mediaset y un presentador bocachancla.
Algún día habrá que escribir un libro sobre lo que ha representado el jorgejavierismo en la televisión española, amparado por el Tío Vasile. Toda esa fábrica de personajes, a menudo devorados entre sí, autoproclamados referentes de la nada, aupados a podios televisivos, para luego ser destronados a mayor gloria del share.
Sobre toda esa troupe, como rey supremo, Jorge Javier Vázquez, presentador (al que no le gusta que hablen de su vida privada… jajajajaja) y, ahora, puede que también posible encubridor de una presunta violación, ¡no me lo puedo creer!, que ni ha condenado ni condenará, porque detrás de ese silencio está su autoproclamada superioridad moral, y los denarios que le reporta el Demiurgo Vasile y unas rancias audiencias que repercuten en las mentes de seres que no tienen vida. ¿Por qué la gente cree que son sus familiares? España está presuntamente muy mal, y este tipo de acciones sólo llevan a un mayor descrédito de lo que debe ser una concesión del Estado. ¿Para violar presuntamente? ¡Qué país de Mortadelos!
Lo más divertido es que en este remake de La Noria, a Jorge Javier se le está poniendo cara de Jordi González. A este paso, tendremos que llamarle Jordi Javier. Y ya sabemos cómo terminó el sobrao presentador de La Noria: achicharrado.
Ufffff…
pedro aparicio pérez
editor de prnoticias.com
PerdiodistO