El diagnóstico de asma no siempre es fácil y requiere la valoración tanto del médico de Atención Primaria como de especialistas en Alergología y Neumología. Con el objetivo de optimizar la formación y el trabajo coordinado de todos estos profesionales para transmitir al paciente la mayor coherencia en su tratamiento, el Hospital Universitario Infanta Elena, integrado en la red sanitaria pública madrileña, organizó recientemente la VI Jornada de Alergología. Actualización en Diagnóstico y Tratamiento del Paciente con Asma Bronquial.
“Todas las publicaciones, tanto de asma como de otras patologías crónicas, defienden las bondades de la terapia personalizada del paciente y, gracias al abordaje multidisciplinar, podemos implicar multitud de ‘ojos’ y ‘cabezas pensantes’ que permitirán elegir el abordaje más apropiado para los casos más complejos”, señala el Dr. Aythamy Henríquez Santana, director del curso y coordinador de la Unidad de Asma Grave del hospital.
El papel de las unidades de asma acreditadas
Cuando se diagnostica a un paciente de asma, resulta fundamental establecer las medidas oportunas de desalergenización, si existe una fuente alergénica que lo produce, un tratamiento adecuado a la severidad y a la situación de control de la enfermedad del paciente, y remitirle a un especialista (neumólogo y/o alergólogo) parar realizar una valoración etiológica de la patología y las pruebas funcionales respiratorias que precise, así como para ajustar el tratamiento inhalado que esté tomando basado en las preferencias del paciente y la adecuada técnica, una vez se compruebe ésta.
Este abordaje diagnóstico y terapéutico integral, en los casos como el asma grave, puede ser complejo y requerir que se haga en unidades de asma multidisciplinares acreditadas, donde se trabaja de forma conjunta con distintas especialidades para poder tratar a los pacientes de forma global y no solo centrándose en una parte de su enfermedad.
En estas unidades, en el núcleo central de la valoración del paciente asmático grave o de control difícil, participan especialistas en Otorrinolaringología, Neumología, Pediatría y Alergología. “En este grupo multidisciplinar se incluyen, en un segundo nivel, aquellas especialidades que evalúan las comorbilidades principales del paciente asmático grave, como Aparato Digestivo, que valora la enfermedad de reflujo gastroesofágico, la Psiquiatría, que evalúa los posibles trastornos psicosomáticos asociados a la enfermedad respiratoria crónica, y Medicina Interna, que sigue al paciente complejo”, explica el Dr. Henríquez. Asimismo, en el Hospital Universitario Infanta Elena también se asiste a los niños con asma grave de una forma integral y conjunta entre los servicios de Alergología, Neumología Pediátrica y Otorrinolaringología.
Biológicos para el tratamiento del asma grave
Los tratamientos biológicos para el asma evitan el uso de corticoides sistémicos y, además, mejoran la función pulmonar y la calidad de vida del paciente asmático, reduciendo visitas a Urgencias e ingresos hospitalarios. Si bien puede haber otras formas o ámbitos adecuados de prescribir estos biológicos, las unidades de asma grave constituyen una garantía de optimización del diagnóstico y el tratamiento, ya que en ellas se consensua la prescripción entre diferentes especialistas y se adecúa a unos criterios de calidad con excelencia acreditada.
“En la unidad, antes de iniciar estos tratamientos, seguimos de forma protocolizada diferentes puntos (confirmación del diagnóstico, control de todas las comorbilidades que puedan estar desestabilizando la patología y comprobación de que el paciente presente una buena adhesión y esté realizando adecuadamente la terapia inhalada), intentando optimizar al máximo el tratamiento escalonado”, añade el especialista. Con un seguimiento en consultas, y una vez evaluados los apartados anteriormente mencionados, si el paciente cumple criterios clínicos y no tiene ninguna contraindicación, se deberá proponer una terapia biológica.
Estos pacientes son monitorizados mediante un seguimiento estrecho y protocolizado de especialistas con experiencia en el manejo de tratamientos biológicos. “En nuestra unidad, además, utilizamos cuestionarios de control de asma y calidad de vida, así como un control espirométrico que nos permite evaluar la eficacia de estos tratamientos”, asegura.
La educación, eficaz en el seguimiento del paciente asmático
Las unidades de asma grave aplican estrategias educativas útiles para mejorar la morbilidad y la calidad de vida de estos pacientes. “La finalidad de cualquier proceso educativo no es informar, sino generar en el paciente los conocimientos, habilidades y actitudes que le permitan adecuar su estilo de vida a la situación de salud que presenta, haciéndole tomar un papel activo en el proceso como principal beneficiario de este”, comenta el alergólogo.
En primer lugar, es necesario que el paciente conozca su enfermedad, porque así entenderá mejor por qué es importante que siga un adecuado tratamiento antiinflamatorio y broncodilatador. En segundo lugar, debe practicar las habilidades necesarias para tratar su enfermedad, comenzando por utilizar el inhalador más adecuado a él y asegurándose de que lo hace correctamente. “Lo más importante en una enfermedad crónica como el asma es generar actitudes positivas en el paciente para que realice el tratamiento a diario durante todo el tiempo que precise”, concluye el Coordinador de la Unidad de Asma Grave del hospital de Valdemoro.
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