Todos los castings tienen una estrella y la de TCMS 8 se llama Mario Vaquerizo. El polifacético artista es uno de los miembros más destacados del elenco de concursantes que conforma la octava edición del talent, que ha retornado a Antena 3 repitiendo los buenos datos de audiencia que cosechó en su anterior temporada. “Me considero un privilegiado por poder trabajar en un programa que también me gusta como espectador”, asegura el líder de las Nancys Rubias, que está semana deberá imitar al vocalista de Kiss.
Vaquerizo asume que Tu cara me suena es un reto a nivel profesional, ya que “tienes que ponerte en la piel de gente muy total y de estrellas a las que admiras. Da pudor, quieres imitarlo bien porque te da mucho respeto”. Cuestionado por los cantantes a los que le gustaría imitar, el comunicador señala que querría interpretar a artistas de la talla de Village People, The Ramones, Raphael o John Travolta aunque, a la vez, se muestra cauto ante la gran dificultad que alberga este tipo de desafío.
En su enésima demostración de franqueza, Mario asegura que rechazó la primera oferta que le llegó para participar en el programa aunque acabó pensándoselo mejor gracias al consejo de una buena amiga. “Cuando me llamaron para TCMS, dije que no en un primer momento pero no porque tenga nada en contra del formato, sino porque me coincidía con el inicio de la gira de la obra de teatro que estoy haciendo pero se me quedó una cosa”, rememora, explicando que Bibiana Fernández fue la que le hizo cambiar de parecer: “Me dijo ‘Mario, Tu cara me suena procede un montón porque te aporta para el trabajo que tenemos después, no solo es un trabajo vocal, también es actoral’”.
Con respecto a si le aterra la posibilidad de imitar a un artista que esté en plató, tal y como le pasó a él con Florentino Fernández, Vaquerizo demuestra que el miedo es una palabra ajena a su vocabulario: “Estoy preparado para todo. En el momento en el que te sometes a la disciplina de un concurso, tienes que ser profesional y si ese día te toca estar delante de esa persona, lo tienes que hacer perfecto”.
Eso sí, hay una cosa que el cantante tenía muy clara antes de aceptar la oferta de Antena 3 para participar en TCMS 8: sus patillas son sagradas y no hay clonador que valga. “Les dije que las patillas no se tocaban, que me las disimulen o me las rebajen, porque si no Olvido se separa de mí, que lo que más le gusta son mis patillas”, confiesa, entre risas.
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