El ministro de Sanidad anunciaba ayer un cambio de escenario ante el aumento de casos de coronavirus. La situación ha cambiado, y la estrategia seguida hasta el momento también. Ayer Pedro Sánchez apareció por primera vez después de estar unas semanas ‘desaparecido’ con un discurso diferente al sostenido por el propio ministro Salvador Illa y por el portavoz, Fernando Simón.
Desde que comenzó la crisis del coronavirus la actuación del ministerio se ha caracterizado por el flujo continuo de información a través del portavoz Fernando Simón. La actuación del experimentado portavoz en casos de comunicación de crisis ha sido parte del muro de contención ante el aumento de la alarma social. Sin embargo, tras las declaraciones del presidente del Gobierno, parece que la estrategia no ha sido todo lo eficaz, por lo menos la liderada desde Moncloa.
Desde Moncloa no han visto necesario que Pedro Sánchez compareciese durante estas semanas atrás, un error desde el punto de la estrategia de información transparente y coherente. La variación de afectados en tan sólo horas ha desatado las alarmas. La semana comenzaba con 600 casos y en cuestión de horas el ministro Salvador Illa comunicaba que había más de 1.200 afectados.
Desde el punto de la comunicación de crisis e institucional, una de las decisiones en las que el Gobierno no ha fallado ha sido en la elección de Fernando Simón como portavoz. La figura del portavoz es clave para trasmitir a la ciudadanía una visión transparente y credibilidad. Cuando hablamos de estrategia nos referimos a que el Gobierno debe jugar las mejores cartas en cada momento, eso sí, siempre informando desde la trasparencia, la ciudadanía debe ser el principal objetivo de autoridades sanitarias. Las repentinas medidas por parte del Gobierno muestran que algo ha fallado en su estrategia. La prevención y la anticipación clave en la comunicación de crisis ha llegado tarde.
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