El confinamiento ha puesto nostálgico a David Broncano, que recientemente dedicó unos minutos de La vida moderna a recordar cómo ha evolucionado el programa durante los casi siete años que lleva en antena. Poco o nada hacía pensar que aquel espacio que arrancó definitivamente en verano de 2013 acabaría convirtiéndose en todo un fenómeno cultural, Premio Ondas incluido, que les llevaría a meter a miles de personas en pabellones de toda España.
Pero para encontrar el primer contacto de La vida moderna con los oyentes hay que echar la vista aún más atrás: “El primer programa de la historia, que yo no sé ni si se llamaba La vida moderna, se hizo en el estudio A3 de la SER en Navidades de 2012. En el primero, que fue un único especial del Día de los Inocentes, no estabais ninguno de los dos, éramos María Gómez y yo”, confesó Broncano ante la incrédula mirada de Ignatius, que desconocía que no estaba en la formación inicial del espacio.{wbamp-show start}
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“La primera vez que coincidimos los tres fue en Involución (un programa que presentaron Flipy, Berta Collado e Ignatius en Neox) aunque no físicamente porque fuimos en días distintos. Yo creo que lo de coincidir los tres tal cual ya fue en La vida moderna”, añadió el comunicador, recordando que, en la primera etapa del programa, Ignatius leía poemas. “Y nunca me dijisteis ‘no, por aquí no’, simplemente me disteis una oportunidad como diciendo ‘a ver dónde termina esto’”, se congratuló el canario. A su vez, Broncano también rememoró el desempeño de Quequé durante los inicios del formato: “El primer verano hacías de periodista de viajes que recomendaba sitios, era muy gracioso”.
“’La vida moderna’ era una cosa muy elaborada en esa primera época, como teníamos mucho tiempo para hacerlo y tampoco teníamos mejores cosas que hacer, grabamos todo por separado y luego lo ensamblábamos y lo preparábamos María y yo con mucho cariño. Aquello era un trabajo de ebanistería radiofónica, luego derivó a tres homeless en un parking pero bueno, cada cosa tiene su gracia”, concluyó, entre risas, David Broncano.
La propia María Gómez también habló de aquellos días hace un año durante su visita a La lengua moderna. “Me sorprende ver a tanta gente porque cuando ‘La vida moderna’ empezó, yo hacía producción en el programa y casi tenía que pagar para que viniesen tres. Esto es real, eh, no venía mucha gente y ahora me he dado cuenta que, desde que me fui, esto empezó a subir como la espuma, hay hasta franquicias”, bromeó, asegurando que se marchó justo antes de que el espacio despegase: “Claramente, el problema era yo”.
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