En la Tierra a viernes, diciembre 20, 2024

‘Padres helicóptero’, ‘mamás tigres’, ‘papás aspiradora’… ¿Cómo combatir el hiperparentismo?

“Padres helicóptero”, “madres tigre”, “papás aspiradora”… Estos términos suenan cada vez más en el ámbito educativo para hacer alusión a esos padres sobreprotectores que, según numerosas investigaciones, generan más consecuencias negativas que beneficios a sus hijos.

El hiperparentismo es un fenómeno cada vez más común y que nos da una idea de cómo se está abordando la educación de nuestros menores en el siglo XXI.

Muchas de las actitudes rebeldes o intransigentes apreciadas hoy en adolescentes tienen su reflejo en una infancia sobreprotegida, en la que los papás y mamás modernos se han sentido culpables por no prestarles suficiente atención, por pasar demasiado tiempo trabajando o no conseguir siempre lo mejor para ellos. Continuos remordimientos de conciencia que vuelcan sobre los niños con una dosis extra de atención y protección, poco recomendada para su crecimiento y normal desarrollo.

El filósofo y pedagogo español Gregorio Luri califica esta búsqueda incesante de la felicidad de los hijos por parte de los padres como un grave error. Afirma que “la vida es compleja, con incertidumbres y bastante azar” y critica que “se les oculte esta realidad a los niños con el fin de procurarles un tipo de felicidad que luego se vuelve en su contra”.

Este tipo de crianza da como resultado niños con poca tolerancia a la frustración y al fracaso, “tan necesaria en la vida real”, según el psicólogo infantil Luis de Herrán. En este sentido, Eva Millet, periodista y autora del libro “Hiperniños, ¿hijos perfectos o hipohijos?”, asegura que “los hiperniños son el producto de una hiperpaternidad a la hora de criar y educar a nuestros pequeños […], se les da todo, se les protege de todo y se les indica lo que deben ser, […] lo que les convierte en hiponiños, pequeños que no saben defenderse, que no son autónomos, porque se lo dan todo hecho”.

Pero no está todo perdido. En este contexto existen hoy día métodos que pueden ayudar a los padres a controlar este exceso de protección y atención hacia los niños. ¿De qué manera? Confiando la autonomía e independencia de los menores en avanzados e innovadores programas educativos digitales.

Según afirman los fundadores de Smartick, Javier Arroyo y Daniel González de Vega, “este método online de aprendizaje de matemáticas para niños de 4 a 14 años no solo enseña matemáticas, lógica y programación, sino que aporta a los menores confianza en sí mismos, al no necesitar la ayuda de los padres para resolver los ejercicios que el sistema adapta, a través de Inteligencia Artificial, al perfil de cada niño. Sin la necesidad de intervención de un adulto, los pequeños incrementan su autoestima y su capacidad de ser constantes al completar satisfactoriamente los 15 minutos de sesión diaria”.

El equipo de expertos de Smartick es consciente de que existe una preocupación creciente sobre cómo estamos educando a nuestros hijos: entre algodones y sin exponerles a ningún tipo de riesgo. González de Vega y Arroyo insisten en la necesidad de que los niños se enfrenten a retos que les expongan a la posibilidad de fallar, que aprendan a fracasar, a tolerar la frustración y a volver a intentarlo.

“Algunos padres nos escriben diciéndonos que sus hijos no soportan equivocarse, que lloran si no responden suficientemente rápido y bien, pero sabemos que equivocarse y manejar la frustración es esencial no sólo para aprender matemáticas, sino para forjar el carácter”, explican los fundadores del Smartick.

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