Poco a poco avanzamos en esta “nueva normalidad” de la que tanto nos hablan, los “síndromes de la cabaña” de algunas personas ya quedaron atrás y la reactivación económica está más presente que nunca. El problema aparece al combinar la vida real con la prevención frente al virus.
Ipsos, tercera compañía en investigación de mercados, ha llevado a cabo una encuesta en 27 países con el objetivo de entender el comportamiento actual de los ciudadanos y, así, poder desarrollar estrategias y tácticas que ayuden a los consumidores a recuperar sus hábitos sociales y económicos. Con esta encuesta se ha pretendido averiguar las claves que influyen en el comportamiento humano a la hora de retomar su vida.
Según el estudio de Ipsos, el 82% de la población de los 27 países encuestados se siente cómoda con las directrices de protección y mitigación del virus. Sin embargo, al preguntar por la reanudación de sus actividades anteriores a la pandemia, sólo el 61% se siente tranquilo al hacerlo. En España el 71% de la población afirma sentirse cómoda con los esfuerzos de mitigación del virus y un 47% con la recuperación de las actividades previas al confinamiento. Al analizar este dato, nuestro país es el que se siente menos tranquilo con la reactivación, seguido de Bélgica (49%) y Turquía (51%).
Los factores que más influyen en el cambio de comportamiento son los funcionales, lo que significa: ayudar a las personas a considerar que el riesgo fuera de sus hogares es seguro; autoeficacia, que la población pueda sentirse segura en el manejo de los riesgos; y las rutinas, ayudar a desarrollar nuevos patrones de comportamiento. Por lo tanto, se deben diseñar estrategias que trabajen la motivación, ayudando a las personas a que se reincorporen a la economía, sin olvidarse de la importancia de fomentar la adhesión a los patrones de protección.
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