Al partido en el poder siempre se le ha reprochado una idea: que la Radio Televisión pública es un juguete roto en manos de quien manda. Este concepto ha sido desmentido tantas veces como reprochado, sin embargo, desde la llegada de Rosa María Mateo, y más concretamente, en este verano, la tensión entre cúpula y trabajadores se ha incrementado considerablemente.
Rosa María Mateo, fue nombrada administradora única de RTVE en el verano de 2018. Inicialmente su designación era un parche temporal que serviría para de trampolín entre la era de José Antonio Sánchez y el primer presidente elegido por concurso público. Sin embargo, este concurso no se ha resulto -dos años después- y Rosa María Mateo acumula un importante número de quejas, que igualan o incluso sobrepasan a las que logró en su día José Antonio Sánchez.
Él fue quien gobernó RTVE desde 2014 y hasta 2018. Cuatro años en los que no faltaron altercados entre la cúpula que él presidía y los trabajadores de la Corporación. Al contrario que sucede con Mateo, nunca estuvo bien vista la cercanía de Sánchez con el Gobierno de Mariano Rajoy. De hecho, el por entonces presidente de RTVE llegó a reconocerse como votante del Partido Popular, algo que provocó importantes críticas y abrió la puerta a los reproches de intromisión a favor del Gobierno de turno.
Antes que Sánchez fuera designado como máxima autoridad de RTVE ocupó su puesto Leopoldo González Echenique, solo durante dos años. Su mandato estuvo más bien marcado por la falta de presupuestos en RTVE. Recordemos, que él fue el encargado de autorizar la reducción del 25% de la masa salarial de la plantilla en el año 2012, cuando la crisis azotaba con fuerza a todo el periodismo. En sus dos años de mandato, González Echenique tampoco supo encontrar la manera de conciliarse con la plantilla, que mantuvo una confrontación continua en un intento de mantener algunos derechos adquiridos.
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