Pablo Iglesias e Irene Montero vuelven a estar en el foco de la polémica. Esta vez, unas pintadas en un pueblo asturiano tienen la culpa. Lejos de su chalet de Galapagar, la pareja disfrutaba de un fin de semana de vacaciones en el Principado. Pero allí no encontraron descanso, sino todo lo contrario.
Iglesias y Montero fueron acosados en la localidad de Felgueras, donde la pareja disfrutaba de unos días alejados del ajetreo propio de sus cargas ministeriales. A pesar de que en todo momento viajaron con escolta, Iglesias y Montero decidieron poner punto y final a sus vacaciones “por la seguridad de sus hijos”.
Los hechos ocurrieron en Felgueras. En una carretera próxima al pueblo, una pintada tildaba a Pablo Iglesias de “rata”. Además, en un bar del municipio sufrieron la ira de algunos ciudadanos por haber atendido a la pareja. Frente a las presiones, el local se vio obligado a emitir un comunicado aclarando algunos puntos.
La gente está harta
Sin más remedio, la pareja ha tenido que hacer las maletas y regresar a Madrid después de que se difundiera la ubicación en la que se encontraban a través de las redes sociales. Precisamente es en las redes sociales donde más controversia ha generado el viaje de Iglesias y Montero. Ambos han sido abiertamente criticados por abandonar sus obligaciones, “mientras la mayoría de los españoles está sin vacaciones y en la miseria”.
Desde la formación morada no han tardado en denunciar el “acoso fascista” sufrido por la pareja. Sin embargo, ambos aseguraron que solo tenían pensado pasar el fin de semana en Asturias, por lo que su “huída” no tendría nada que ver con las pintadas de Felgueras.
A pesar de la gravedad de los hechos, resulta evidente que un sector de la sociedad ha comenzado a hartarse del vicepresidente del Gobierno. En las últimas semanas, la supuesta financiación ilegal de Podemos ha provocado un terremoto político. Son muchas las voces que están pidiendo la dimisión de Iglesias. Ahora solo cabe esperar a la decisión del líder de Unidas Podemos, que podría abandonar sus cargos en el Ejecutivo, y quien sabe si también su puesto como secretario general de la formación morada.
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