CMS Albiñana & Suárez de Lezo, el bufete por el que fichó María Dolores de Cospedal a principios de años, se encuentra bajo tensión desde la semana pasado. En este despacho de renombre, en el que la exsecretaria general del Partido Popular (PP) ejerce como socia del departamento de Procesal y Arbitraje, se sigue con detenimiento las últimas derivadas de la investigación judicial de ‘Kitchen’, la operación que buscaba hacerse con información comprometida de Luis Bárcenas con respecto a la cúpula popular.
Esta situación complica la nueva vida profesional de la exministra de Defensa, abogada del Estado en excedencia, que en este trabajo decidió prescindir en su curriculum oficial de los cargos partidistas desempeñados en los últimos años, prestando atención tan sólo a los institucionales.
La posibilidad de una imputación de su socia es algo que CMS Albiñana & Suárez de Lezo se ve obligado a contemplar en estos momentos después de que la Fiscalía solicitase que Cospedal, junto con su marido, el empresario Ignacio López del Hierro, y el exministro de Interior Jorge Fernández, fuese imputada por el espionaje al extesorero del PP.
La oscura sombra de un policía
Esta posible imputación de Cospedal y su esposo (que, según fuentes populares, siempre han actuado como un tándem) tiene que ver con el comisario Andrés Gómez Gordo, exasesor de Cospedal en Castilla-La Mancha e integrante de la llamada ‘policía patriótica’ que habría activado Fernández como brazo operativo de Interior para actividades “especiales”.
Gómez Gordo, vinculado a Cospedal durante su etapa como presidenta de Castilla-La Mancha, fue reclutado por la entonces presidenta tras su paso como asesor de seguridad de la Ciudad de la Justicia, en Madrid, a donde llegó de la mano de Francisco Granados, entonces ‘hombre fuerte’ en el Gobierno madrileño, y, en el que tiempo después detonarían acusaciones de espionaje a rivales políticos dentro del PP, como fue el caso González-Colombia-Toallas.
Durante su trabajo en Toledo con Cospedal Gordo ostentó el cargo de director general de Documentación y Análisis, que, en la práctica, camuflaba las labores de jefe de seguridad personal de Cospedal y, según ciertas fuentes, actuaba como agente de inteligencia para la presidenta de Castilla-La Mancha.
Gómez Gordo habría pasado a integrarse en la ‘policía patriótica’ en 2015, bajo el manto de la Dirección Adjunta Operativa (DAO) de Eugenio Pino, que acogía a esta “brigada especial”. En ese marco, Gómez Gordo sería el autor del llamado ‘Informe PISA’ (Pablo Iglesias, S.A.) sobre la financiación de Podemos, según declaración del socio de José Manuel Villarejo, el también comisario Enrique García Castaño, alias ‘El Gordo’.
Pugna con Bárcenas y aroma a cloaca
El enfrentamiento de Cospedal con Bárcenas vuelve a resucitar más de una década después de que la primera fuese designada secretaria general del PP. Entonces, Cospedal segó la hierba bajo los pies de Bárcenas, a lo que contribuyó su imputación en Gürtel.
Durante años Cospedal explicó y se interesó por difundir versiones de sus acciones ‘depuradoras’ de Bárcenas, incluyendo algún episodio chusco sobre una silla y un trastero, ‘vendido’ a un periodista ‘amigo’ y que, posteriormente, negó haber protagonizado.
De hecho, el propio Bárcenas se quejó en numerosas ocasiones a Rajoy sobre Cospedal como presunta fuente de filtraciones interesadas contra él, y dentro del PP hubo quienes siempre creyeron que el exgerente y extesorero hubiera actuado de otra forma sin la presión que él atribuía a la secretaria general.
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