La periodista Sandra Fernández será la nueva directora general de Medios de la Comunidad de Madrid, en sustitución de Ignacio García Mostazo, que ha dimitido de su puesto por “motivos personales” tras los últimos acontecimientos relacionados con el caos organizativo en torno a la crisis del Covid 19.
Fernández, hasta ahora jefa de gabinete de la consejería de Cultura y Turismo, en manos de Ciudadanos, aterriza en la Puerta del Sol impuesta por la formación naranja y su vicepresidente, Ignacio Aguado, en un momento en el que la moción de censura a la presidenta Ayuso pende un hilo.
La concesión no es asunto menor teniendo en cuenta el giro hacia el “consenso” que Arrimadas ha dado en su mensaje de conciliación con el Gobierno de Pedro Sánchez y la estrategia de Aguado de desmarcarse de las decisiones de Ayuso en la gestión de la pandemia.
El nombramiento de Fernández supone tener alineada la comunicación del lado de los de Aguado y, además, meterle un gol por la escuadra a Miguel Ángel Rodríguez, el todopoderoso jefe de gabinete de la presidenta, muy crítico con los naranjas tras la victoria de Ayuso en las urnas y con una pésima relación con Aguado.
La venganza de Ciudadanos se sirve fría y aprovechando la desastrosa gestión de la comunicación en el Gobierno regional, los naranjas han impuesto a su mujer de confianza para que aplique los criterios marcados desde la vicepresidencia. El objetivo es hacer brillar a Aguado para posicionarle con el bloque de izquierdas en una posible moción de censura a Ayuso que le hiciese presidente a él. Asimismo, Aguado utilizará el trampolín de la Dirección General de Medios para ganar puestos dentro de su partido en el que no pinta nada, en contra de su eterna rival, Begoña Villacís. Precisamente, Sandra Fernández ha trabajado durante este tiempo desde su puesto en la consejería de cultura para acercarse a la jefa de prensa de la vicealcaldesa, Clara Berdié, en un intento de estrechar lazos con todos los satélites de la formación naranja.
El nombramiento ha golpeado los ánimos del equipo de comunicación de los populares pero el malestar mayor ha sido en algunos cargos de comunicación de Ciudadanos, que no ven con buenos ojos como una “paracaidista” aterriza en Sol, cuando entre sus filas hay personas de valía que han trabajado intensamente por hacerle un hueco a Aguado en los medios, una tarea complicada teniendo en cuenta el perfil local del vicepresidente. Es el caso de Jenny Santos, que se queda de jefa de prensa rasa de Aguado, a las órdenes de Sandra Fernández, lo que aventura episodios de auténtica fricción con consecuencias impredecibles, ya que ha sido ella la que hasta ahora ha trabajado por y para Aguado.
Fernández, que estuvo un tiempo al frente de la Sexta Noche, ha desarrollado su carrera profesional en el sector de la información del corazón con el programa “Salsa rosa”, hasta que Eduardo Inda la fichó como redactora jefa de Nacional de Ok diario, cargo en el que estuvo apenas un año. De ahí pasó a ostentar el puesto de jefa de gabinete de Marta Rivera de la Cruz, consejera de Cultura, lo que le ha servido para posicionarse en la rampa de salida de cualquier puesto disponible en Ciudadanos, en este caso, uno de los más sensibles del Ejecutivo regional.
Desde la dimisión de Cristina Cifuentes a cuenta del caso master, la dirección general de Medios de Comunicación de la Comunidad de Madrid ha estado comandada por María Pelayo y Miguel Oliver, con Ángel Garrido de presidente interino (ahora en Ciudadanos), Pablo Balbín e Ignacio García Mostazo, que ha presentado su renuncia de manera voluntaria. Ninguno de ellos ha logrado mantener el listón del prestigio y reconocimiento en la comunicación de la Comunidad de Madrid con sus dos pesos pesados históricos: María Luisa González e Isabel Gallego, que lograron posicionar a Gallardón y Aguirre en lo más alto del panorama nacional e incluso internacional, en el caso de Aguirre. María Luisa González logró que Gallardón fuera el “progre” del PP a pesar de su talante más que conservador y Gallego que Aguirre se convirtiera en la verdadera lideresa del PP, pese a la imagen de Sara-Mago con la que llegó a la Comunidad después de arrastrarla por el Ministerio de Educación y Cultura y la presidencia del Senado.
Sandra Fernández se hace cargo del puesto más complicado del panorama autonómico, con unas competencias que pasan por la coordinación de la política informativa del Gobierno, además de la imagen institucional, las relaciones con los medios y otras muchas que dependen de su ahora dirección general. Tendrá que establecer también las pautas de comunicación de la crisis del Covid 19 y mantener el listón de la joya de la Corona del PP (y Ciudadanos), que tampoco se caracterizan por tener una política de comunicación brillante. Quizá esto sea lo menos complicado del quilombo madrileño.
Seguiremos Informando…