La pandemia del Covid-19 ha generado un shock sin precedentes en la economía global que se ha traducido en una abrupta caída en los niveles de actividad. La aparición de este ‘cisne negro’ va a suponer una reducción del PIB del 90% de las economías del mundo, con efectos asimétricos, condicionados por la estructura productiva de cada país y por las vulnerabilidades económicas y sanitarias de cada sistema. Así lo recoge MAPFRE Economics en la actualización trimestral de su informe Panorama económico y sectorial de 2020, publicado por Fundación MAPFRE.
El Servicio de Estudios espera una corrección de la economía mundial, en su escenario base, del entorno del 4,4%, con divergencias significativas entre regiones, lo que ampliará la brecha de la pobreza. En términos de renta disponible, es previsible que a escala global se pierdan las ganancias de clase media realizadas desde el inicio del milenio, en especial en América Latina. No obstante, el apoyo de los bancos centrales y los estímulos fiscales han evitado, según MAPFRE Economics, el colapso económico y, gracias a ello, han mejorado ligeramente sus previsiones respecto al inicio de la pandemia (en el anterior trimestre preveían un retroceso del 4,9%). Para 2021, auguran un repunte de la actividad de entre el 4% y el 5,2%. No obstante, como incluyen en el informe, “existe la posibilidad en este momento de que se manifiesten riesgos nuevos, que aún son desconocidos, pero que pueden estar motivados por la interacción de los riesgos preexistentes y la crisis activada por la pandemia del Covid-19”.
Este menor pesimismo también se refleja en cada una de las economías que analizan. En el caso de España, el Servicio de Estudios espera una contracción del PIB de entre el 11,8% (escenario base) y del 12,1% (escenario estresado) para este año, frente al rango de entre el 12,1% y 13,1% del trimestre anterior. La recuperación para 2021 se mantiene (6,7%), pero moderada y elusiva dado el contexto de incertidumbre biológica y económica, en un contexto de bloqueo político y fuerte erosión institucional que no ha permitido aprobar un plan financiero que dé acceso al fondo de recuperación de la Unión Europea.
MAPFRE Economics apunta varios riesgos para la economía española: el rebrote de la pandemia que trae el riesgo de nuevos parones económicos, la dificultad del gobierno en reunir las mayorías necesarias para aprobar presupuestos y los costes para las cuentas públicas de las medidas para paliar los efectos de la crisis. “La caída de la actividad pondrá presión en los ingresos fiscales y hará que el déficit fiscal pueda superar el 14% del PIB, y que la deuda pública bruta llegue al 120% del PIB”, indican. De esta forma, las agencias de rating ya están advirtiendo sobre que el perfil de crédito soberano podría sufrir una rebaja en la próxima revisión. “Finalmente, en un ámbito más general y común a prácticamente todas las economías del orbe, de extenderse la crisis producida por la pandemia podría verse un repunte en las insolvencias empresariales, la morosidad bancaria y mayores pérdidas de empleo que, por ahora, están contenidas gracias a las ayudas estatales a los despidos temporales (ERTEs) que, en España, acaban de ser ampliadas hasta 31 de enero”, añaden.
Para el conjunto de la Eurozona, los economistas de MAPFRE Economics han revisado su estimación para el crecimiento económico de 2020 al -7,6% (desde el -10,0%), pero con amplios riesgos a la baja como resultado de una recuperación desigual entre sectores y países, precisamente por la especialización de cada uno de los mercados de la Eurozona. “Los riesgos para la economía son, en general, a la baja en vista del repunte de los contagios en toda la Eurozona, las nuevas restricciones a la movilidad y sus efectos en la incertidumbre, en un contexto de ya muy acotado espacio monetario y graves desequilibrios fiscales nacionales. Estos últimos no tardarán en presionar sobre los costes de financiación, en especial en la periferia europea”, señalan los expertos. A su vez, una crisis profunda y dilatada puede transformar los actuales problemas de liquidez en problemas de solvencia. “El repunte de la mora se trasladaría, en un contexto de escasos ingresos, a un deterioro de los niveles de solvencia regulatoria de los bancos. Los ajustes financieros soberanos han sido dilatados y dolorosos en Europa (2010-2013)”, añaden.
La caída del PIB estadounidense podría situarse en un rango de entre el 4% y el 4,5%, lo que supone una notable mejoría respecto al trimestre previo (entre el 8% y el 9,4%). Esto se debe, según apuntan en MAPFRE Economics, a los ingentes estímulos fiscales y monetarios implementados, en una estrategia de monetización del déficit cada vez menos titubeante.
En este sentido, hasta la fecha, el esfuerzo fiscal realizado supone aproximadamente el 15% del PIB. Pero como ocurre con todas las economías, las previsiones también están sujetas a un elevado nivel de incertidumbre en función no solo del desarrollo de la pandemia, sino también del resultado electoral de noviembre próximo. “La incertidumbre que ha causado la pandemia del Covid-19 seguirá pesando sobre la confianza de los consumidores y negocios. El alargamiento de esta en el tiempo pondrá a prueba la solvencia de muchos negocios y la fortaleza del mercado de trabajo. En este sentido, se podrá ver un repunte de la morosidad tanto de los hogares como de empresas. De alargarse mucho en el tiempo, podrían producirse daños estructurales en el tejido empresarial, principalmente en los negocios relacionados con los viajes, alojamiento, transporte, hostelería y ocio”, explican.
Mercados emergentes
El shock del Covid-19, a pesar de tener una naturaleza global, tendrá efectos diferenciados sobre las economías emergentes, exacerbando la debilidad de aquellas con peores posiciones externas y depreciando sus monedas a lo largo de 2020 y parte de 2021. Además, los países con mayores vulnerabilidades acumuladas son más sensibles al ciclo y a la aversión al riesgo global, lo que añade dificultad a su capacidad de honrar deudas con el exterior, aumentando la percepción de que en pueden dar lugar a un default o a una quita implícita sobre la deuda emitida en moneda local (ante devaluaciones progresivas), por lo que las coberturas frente a este riesgo de contraparte aumentan la necesidad de monedas fuertes (USD) presionando aún más las monedas locales y recrudeciendo el problema.
Impacto en el sector seguros
MAPFRE Economics incluye en el informe cómo afecta la situación económica al desempeño del sector asegurador. En el caso concreto del mercado asegurador español, el patrón de comportamiento del negocio muestra muchas similitudes con el observado en la crisis de 2007-2009. El PIB cayó un 3,8% (en 2009), lo que motivó un retroceso en términos reales en las primas del sector asegurador del -7,8% y del -10,0% en los negocios de No Vida y de Vida, respectivamente (ya en el año 2010). “En la crisis actual se prevé una recuperación más rápida que en aquella crisis, por lo que la caída podría ser menor, aunque sobre esto hay todavía mucha incertidumbre”, concluyen.