Desde el inicio de la pandemia los mensajes y las narrativas han estado en manos de la Unión Europea y de los Gobiernos. “La industria farmacéutica no ha teniendo un voz únanme, cada empresa ha explicado una versión propia, el error ha estado en no trabajar la comunicación como un ecosistema de salud”, explica Gina Rosell, directora senior de LLYC.
Los grupos farmacéuticos no han calibrado la magnitud de la percepción pública durante esta crisis. AstraZeneca no calibró la importancia de contar con una estrategia de comunicación transparente. “La comunicación ha estado en manos de cualquiera, todo el mundo puede opinar, la Unión Europea y las farmacéuticas tenían que haber pactado una estrategia comunicativa con un mensaje unitario y una única narrativa”, afirma Rosell.
En el caso de AstraZeneca se enfrenta a una pérdida de reputación. Las compañías que no han contado con una estrategia de comunicación de crisis tendrán que hacer frente a la reconstrucción de su reputación. Para Gina Rosell es “injusto que AstraZenaca quede como villano. El único error de la compañía ha sido no tener en cuenta la percepción de la opinión pública que ha estado en manos de la clase política. Hasta el momento, nuca habíamos tenido tanta sobreinformación sobre una vacuna acompañada de mucho ruido y de Fake Ness”, señala la directora sénior de LLYC.
Anteriormente a la esta crisis, las cuestiones relacionadas con el sector farmacéutico eran temas lejanos a la opinión pública. “La industria está realizando un gran esfuerzo para ser transparente pero la percepción de la opinan publica cuesta cambiarla, es muy fácil perder la reputación y muy difícil volver recuperar la buena imagen”.
Todas las cuestiones de reputación merecen estrategias a medio largo plazo. ·”En el caso de AstraZeneca necesitará una estrategia que trabaje en su reputación para los próximo tres años”, destaca Gina Rosell, directora senior de LLYC.
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