Actualmente, el 20% de las trombosis se desarrollan en relación con un cáncer activo. Esta cifra pone de manifiesto su trascendencia en pacientes oncológicos y se asocia con un incremento de la morbimortalidad de los mismos. Esta trascendencia ha generado la puesta en marcha del estudio CARTAGO (CARacTerizAción del riesGO de Trombosis en pacientes con cáncer), realizado con el apoyo de LEO Pharma.
Oncólogos, hematólogos e internistas de más de 50 hospitales españoles y portugueses han participado en este estudio. Su objetivo es poder desarrollar un modelo predictivo de riesgo de trombosis en pacientes con cáncer activo sometidos a tratamiento con quimioterapia, terapia hormonal o biológica.
Un estudio pionero ante la vulnerabilidad del paciente oncológico
El paciente con cáncer presenta un mayor riesgo de complicaciones de salud con respecto a la población general. El tromboembolismo venoso es otro de los eventos a los que estos pacientes están más expuestos y que repercute en la esperanza de vida, siendo una de las principales causas de muerte.
El doctor Javier Trujillo, del Hospital General Universitario Santa Lucía de Cartagena (Murcia), explica que “cada vez más, el tratamiento del cáncer se realiza de forma ambulatoria. Por lo tanto, la mayoría de los eventos de TEV ocurren fuera del hospital. La incidencia observada del tromboembolismo venoso en los pacientes oncológicos que se incluyeron en el estudio CARTAGO durante un tiempo de seguimiento de 6 meses fue del 7,2%”.
Un sistema de evaluación individualizada y precisa
CARTAGO también ha evidenciado que las escalas de selección de los pacientes con más riesgo de trombosis no fueron predictivas en la población ibérica con cáncer. Según el doctor Trujillo, “realizar una evaluación sistemática e individualizada de la probabilidad que cada paciente tiene de presentar esta complicación nos permitiría modificar el abordaje y adecuar el tratamiento preventivo a las necesidades de cada individuo”.
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