La mención a ‘Totoyo’, apodo de José Antonio Sánchez -editor de ‘El Confidencial’-, por parte de José Manuel Villarejo ante el Congreso no fue fortuita. Al menos así lo consideran quienes conocen o han seguido las atrabiliarias andanzas del comisario jubilado.
Y es que en sede parlamentaria Villarejo aludió expresamente a ‘Totoyo’ como ejemplo de editor que despidió a periodistas por publicar informaciones sobre el gestor Arturo Fasana, considerado uno de los presuntos testaferros del rey emérito Juan Carlos I.
Una alusión que no tiene nada inocente, y más conociendo las vinculaciones de Villarejo con determinados medios y periodistas. Tantas, que hoy en día corre el chascarrillo, por las redacciones, de lo difícil que se ha vuelto el periodismo de investigación en España desde que Villarejo -por ahora- no filtra como antes.
La mención sorprende, pero no mucho, puesto que Villarejo debe conocer bien al editor de ‘El Confidencial’. Y no sólo por la amistad común de ambos con Juan Villalonga, antiguo patrón de ‘Totoyo’ en Telefónica y ‘facilitador’, vía ‘stock options’, de la creación de dicho medio. Villalonga fue, por cierto, el intermediario que facilitó el encuentro de Villarejo con Corinna Larsen.
Pero, además, se ha vinculado a varios periodistas de ‘El Confidencial’ como beneficiarios de las filtraciones del comisario jubilado. Incluso corren sospechas de que éste habría utilizado a alguno de ellos para ajustar cuentas con otros periodistas. Todo muy curioso, muy en mantillas, pero muy real.
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