- – Se calcula que las emisiones de gases efecto invernadero podrán reducirse en 2050 en un 90%.
- – En el año 2018 se importaba un total del 74% de la energía consumida en nuestro país y el objetivo es llegar al 61% en 2030 y al 13% en 2050.
- – El principal objetivo es alcanzar la neutralidad de emisiones para 2050 siendo las renovables las que cubran el 97% del consumo energético.
- – Se estima que en 2050 las energías renovables contribuyan en un 79% al transporte y la movilidad y que sus emisiones se vean reducidas en un 98% en relación con los datos actuales.
- – Acabar con el efecto invernadero, el autoabastecimiento energético o transportes movidos por energías renovables, algunos de los puntos clave que marcarán la agenda climática de 2050 recogidos en la Estrategia de Descarbonización a Largo Plazo (ELP) y analizados por IMEnergy.
El cambio climático es una realidad y la descarbonización, el reto al que enfrentarse. La Unión Europea lleva varios años manifestando su firme propósito de terminar con el efecto invernadero y el Acuerdo de París fue un gran paso que llevó a los estados miembros a poner sobre la mesa una estrategia tangible en la lucha mundial contra el calentamiento global.
A finales de 2019, la Unión Europea presentó el Pacto Verde Europeo, un nuevo plan para poder alcanzar la eficiencia energética y la neutralidad climática de cara a 2050. Por su parte, el Gobierno de España aprobó el pasado mes de mayo la Ley 7/2021 de cambio climático y transición energética como respuesta estratégica a las metas planteadas para convertir a Europa en un espacio de emisiones netas cero de CO2.
Para cumplir con los objetivos marcados para 2050, adaptarse y anticiparse al cambio son elementos clave dentro de la estrategia. El proceso de descarbonización implica que todos los sectores incorporen cambios y se trasformen y las energías renovables juegan un papel importante dentro de todo el proceso. Por ello, desde IMEnergy, empresa líder en el diseño, ingeniería, suministro y construcción de plantas energéticas, han analizado la Estrategia de Descarbonización a Largo Plazo (ELP) y elaborado una lista con los 9 puntos clave que marcarán la agenda climática de 2050:
1. Disminución de emisiones de CO2. La reducción de emisiones de CO2 a la atmosfera es un elemento esencial dentro de los planes de descarbonización. En la ELP se plantea una tendencia clara para contribuir a este fin y se calcula que las emisiones de gases efecto invernadero podrán reducirse en 2050 en un 90% respecto a 1990, pasando de los 334 millones de toneladas de CO2 equivalente en 2018 a un máximo de 29 Mt CO2 eq en 2050.
2. Bajada de la dependencia de residuos fósiles. La clave es descentralizar la generación. Para acabar con la dependencia energética de España es indispensable aumentar el grado de autoabastecimiento. En el año 2018 se importaba un total del 74% de la energía consumida en nuestro país y el objetivo es llegar al 61% en 2030 y al 13% en 2050. Las pautas están claras, pero de no cumplirse con los pasos marcados, en 2050 se mantendría un alto nivel de dependencia situado en el 52%.
3. Fuentes renovables. El principal objetivo es alcanzar la neutralidad de emisiones para 2050 siendo las renovables las que cubran el 97% del consumo energético. España es uno de los países con mayores capacidades para llevar a cabo esta transición energética hacia la descarbonización, ya que es uno de los países de Europa que más potencial tiene para apoyarse en un sistema energético basado en la luz solar ya que recibe de media unas 2500 horas/año de sol.
4. Mejorar la cadena de valor industrial. Dentro de la estrategia de la ELP, la industria tiene un papel muy importante. Las nuevas estrategias que se quieren llevar a cabo asegurarán la competitividad de España dentro del contexto europeo gracias a un plan estratégico de innovación y apoyo a la investigación, desarrollo e innovación. Además, se estima que este sector logrará reducir sus emisiones desde los 72 MT CO2 en 2020 a los 7 en 2050.
5. Salud y calidad del aire. Conseguir una reducción de emisiones de gases contaminantes tiene un impacto beneficioso en la calidad del aire y la salud de las personas. Optando por modelos energéticos más sostenibles basados en energías renovables y más respetuosos con el medioambiente, se estima que se podrían disminuir en un 64% el número de muertes prematuras para 2050 con relación a los datos de 2010.
6. Movilidad sostenible. Las previsiones sobre el cambio en el transporte son muy favorables. Se estima que en 2050 las energías renovables contribuyan en un 79% al transporte y la movilidad y que sus emisiones se vean reducidas en un 98% en relación con los datos actuales. Este proceso depende no solo de la estrategia, sino también los resultados que se obtengan con las medidas previstas del PNIEC, que estima alcanzar una cuota del 28% en el campo de la movilidad gracias a la electrificación y los combustibles renovables, así como reducir en un 30% las emisiones.
7. Edificios responsables. Mejorar la eficiencia de las ciudades es una partida importante. Se estima que, si esta tendencia urbanística sigue evolucionando al mismo ritmo, en 2050 el 88% de la población vivirá en ciudades. La electrificación representa un paso indispensable para la descarbonización, demandada en un 81% en el sector de la edificación. Por ello, el objetivo recogido en el Plan de Descarbonización es que el sector de la edificación esté 100% descarbonizado en 2050.
8. Inversiones económicas. Para poner en marcha una estrategia se necesita un gran presupuesto que permita poder llevar a cabo todos los procesos necesarios. Se estima que las inversiones totales, una vez se haya cumplido con los objetivos de la agenda 2030, lleguen a los 500.000 millones de euros en el periodo 2031-2050 y el 60% de esa cantidad será destinado a la implementación de la Estrategia.
9. Generación de empleo. Actualmente, los datos del INE indican que más de 3,4 millones de personas están en paro. El conjunto de acciones y planes que se integran en la Estrategia 2050 suponen la creación de alrededor de 300.000 nuevos empleos, un aumento del 1.6% frente a un escenario en el que no se llevasen a cabo dichas medidas.