Sanchéz Dragó, consagrado escritor y periodista en los genes, se lanza prera vez a conducir un informativo en televisión. Telemadrid ha apostado él para competir en el prete con su ‘Diario de la Noche’. Dragó combinará la información y la opinión , sin llegar a la manipulación que supone mezclar ambas cosas. Su sello personal estará presente en todo momento y cualquier intento de manipulación será motivo de disión.
Sanchéz Dragó, consagrado escritor y periodista en los genes, se lanza prera vez a conducir un informativo en televisión. Telemadrid ha apostado él para competir en el prete con ‘Diario de la Noche’. Dragó combinará la información y la opinión, sin llegar a la manipulación que supone mezclar ambas cosas. Su sello personal estará presente en todo momento y cualquier intento de manipulación será motivo de disión.
Comparas la conducción del programa con el manejo del Titanic ¿Cuál sería el iceberg contra el que podrías chocar?
Hay dos icebergs posibles. Yo heredo un equipo, no le he formado. Ese equipo es sin duda un buen equipo, pero es un buen equipo que está acostumbrado a hacer un programa muy diferente al que yo voy ha hacer. Ahí voy a tropezar con una serie de rutinas informativas adquiridas en un programa anterior, y voy a tener que cambiar las rutinas de ese equipo. Estoy convencido de que lo conseguiré que son buenos periodistas, es un escollo técnico que yo tengo que superar. Y el otro escollo técnico es el de Yahvé, el de las alturas, el de la realización y el de la parte de agen, que ahí yo puedo controlar muy poco. Más o menos todo lo que se refiere a redacción yo lo voy a controlar y si se produce algún fallo, lo puedo cubrir aunque sea provisando.
Pero lo que pueden ser defectos de las decisiones de allí arriba, ahí estoy con el culo al aire, y eso me da un poco de miedo que nunca lo he hecho. El escollo principal soy yo mismo, a ver cuanto tiempo soy capaz de renunciar a mis viajes, a mis libros, a mi Castilfrío de la Sierra y a hacer lo que me da la gana.
Un periodista de larga trayectoria como tú, ¿realmente ha necesitado una semana más para preparar el programa?
Hubiera necesitado tres meses más, hasta el 12 de diciembre tenía que estar en París, compromisos adquiridos previamente. Volví de París y he tenido dos semanas en las cuales la redacción estaba absorbida el diario de la noche que se seguía emitiendo, y otra parte tenia que dar ruedas de prensa, irme a comprara ropa lo que mas odio en el mundo es comprarme ropa problemas burocráticos, la contratación… con lo cual he tenido poquíso tiempo para pilotar un trasatlántico. Larry King también hubiera necesitado dos meses de números ceros para pisar en firme.
¿Y lo que no te ha dado tiempo a preparar?
Voy a correr la aventura de la provisación. Creo que sé provisar y cuando hay que provisar, proviso. Pero a mi no me gustan las provisaciones, no me gustan las chapuzas.
Yo soy de los que no delego, de los que lo hago todo. Si tengo que vaciar la papelera y pasar la fregona el suelo, vacío la papelera y paso la fregona el suelo, pero no he tenido tiempo de hacerlo.
Si exio lo defines como ‘el que fue mono’ ¿qué significa extravagante?
Extravagante es el que camina no los caminos usuales, el que no va la carretera sino el que se va el bosque, el lobo estepario, el oso. El hombre que no sigue los caminos establecidos el común de los mortales, sino que va trazando su propio camino abriéndose el mismo ese camino aunque sea a golpe de machete.
Tú eres un hombre de palabra. ¿Crees que la agen quita fuerza a la palabra?
En contra de eso tan extendido de que una agen vale más que mil palabras, yo creo que una palabra vale mil ágenes, a condición de que la palabra este bien empleada.
La televisión es el condicionamiento de la agen. La agen distrae de la palabra y distrae del concepto, de la racionalidad del hombre, de lo que nos permite no ser sios sino exios. Yo soy hombre de palabra y no soy hombre de agen.
¿Crees en la utopía de un mundo sin malas noticias?
El problema es la condición humana. El hombre es un anal depredador, hay algunas personas que saben construirse un alma, y pasan de ser analitos a ser personas.
El mundo esta, desgracia, habitado seres humanos que están mas cerca de la analidad que de la conciencia y la personalidad, es el problema de la condición humana.
¿Sería rentable un informativo de buenas noticias?
Yo creo que si, yo creo que ha todo el mundo le encantaría escucharlas. Hay muchas malas noticias de las que seria muy fácil prescindir, a condición de que sus protagonistas prescindieran de generar esa mala noticia.
Ese espectáculo que existe en la política española, que están lo unos y los otros dándose hachazos continuamente, fuera de España no se produce ese continuo espectáculo de agresividad que están dando los políticos. Que esa mala noticia constante de la crispación que se produce en el Parlamento y fuera del Parlamento, no se produjera. Se trata en definitiva de educar a la gente, de mejorar la condición humana, cuanto más mejoremos la condición humana, mejores noticias habrá.
En tu programa, como en tu vida, haces alusión a la verdad, pero realmente lo que vende es la polémica.
Las audiencias no me interesan ni poco, ni mucho ni nada. Por su puesto que prefiero tener muchísa audiencia a no tener audiencia. Es como si un libro mío da dinero, yo escribo el libro que a mi me gusta escribir, escribo lo mejor que puedo. Si ese libro da dinero muy bien, si a mi me gusta el dinero como a todo el mundo, pero si no lo da yo he hecho el trabajo que tenia que hacer.
A mi no me interesa la rentabilidad de las cosas, a mi me interesa no hacer chapuzas. La rentabilidad depende de las malas noticias más que de las buenas. Después de 7 años de hacer ‘Negro sobre Blanco’ y de 30 años de hacer programas de libros en televisión, mi programa de libros solo ha saltado a la prera página de los periódicos cuando dos escritores estuvieron a punto de pegarse en un programa.
¿Y sí en el directo de tu programa la verdad genera polémica?
Yo no voy a buscar nunca eso. Si se produce una pelea, si viene ejemplo José Antonio Marín y Gustavo Bueno, como sucedió en el otro programa, y se genera una situación de una incidencia verbal, yo se que subirá la audiencia del programa, pero eso yo no lo voy a buscar. Si se produce, como es un programa en directo, tampoco voy a evitarlo, pero voy a intentar calmar a los contrincantes, poner sosiego y respeto y rogarles que se expresen con respeto y sin agresividad.
¿Debería seguir tu ejemplo la televisión española en general?
Lo contrario tiene nombre, lo contrario es la telebasura. Yo creo que la libertad de expresión tiene lites, yo no lo puedo hacer que no soy Jefe de Gobierno, solo dirijo el ‘Diario de la noche’, pero si fuera Jefe de Gobierno prohibiría la telebasura. La telebasura es un delito, si la escolaridad es una ley obligatoria, la desescolaridad, la deseducación que esta provocando la telebasura en el pueblo español, es un delito, y como tal delito tiene que ser perseguido la ley, y lo tanto tiene que ser prohibida.
Eres hombre de mundo ¿Te consideras español?
Yo me considero como Ulises, que cuando el cíclope le pregunta quién es, él le contesta: yo soy nadie. Soy un hombre sin etiquetas. No tengo bandera, no tengo rey, no tengo dios, no tengo fronteras. Yo no tengo nada. Yo soy yo pero tengo zapatos y mis zapatos se apoyan en la tierra, yo soy de donde son mis zapatos. Tengo una tierra y esa tierra se llama España. La patria de un escritor es su lengua, y mi lengua es la lengua española. Tengo usos y costumbres, tengo familia y tengo dos olivos. Esa es mi patria.
¿Dices que Diario de la noche es lo único que te quedaba hacer?
Yo soy escritor y tengo bastantes flechas que disparar en forma de libros, esta tampoco es mi últa aventura. En lo que es periodismo estricto, posiblemente sea una de las últas grandes aventuras periodísticas, pero mi peripecia vital terminara el mismo día en que yo hinque el pico, pero hincar el pico con las botas puestas y en la brecha.
¿Qué puertas has abierto?
Creo que he abierto una puerta hacia mi propia maduración vital y voy a intentar abrir una puerta a la dignidad de la televisión, a la dignidad del periodismo y a la búsqueda de la verdad.
Unamuno dijo que el deber de un escritor, de un intelectual era inquirir verdad, y Ortega añade que tenía que encontrarla en la medida de sus fuerzas, y Bergamín añadía que además tiene que proclamarla. Yo voy a inquirir verdad, voy a hacer todo lo posible encontrarla, y cuando la encuentre la voy a proclamar desde ‘Diario de la noche’.