El nuevo estanque de tormentas de la estación regeneradora de aguas residuales de La China, construido en la margen izquierda del Manzanares, conseguirá reducir anualmente en un 35% los vertidos directos lluvias al río e, incluso, retener las aguas de la prera hora de precipitación la más contaminada del 95% de los aguaceros. Antes de llegar al Manzanares las aguas serán redistribuidas y tratadas en diferentes estaciones depuradoras.
El alcalde de la ciudad, Alberto RuizGallardón, ha inaugurado hoy esta instalación, uno de los proyectos incluidos en el ambicioso objetivo de convertir al río en ‘la columna vertebral de los espacios verdes de Madrid” y hacer del Manzanares ‘un río lleno de vida’. El estanque de tormentas de La China va a contribuir en buena medida a este propósito, ya que recoge el agua procedente de los colectores en caso de lluvia para facilitar su correcta depuración y regular su vertido al río.
Las políticas municipales sobre el agua, explicó el alcalde, no se litan a racionalizar la oferta y la demanda, también incluyen el saneamiento, un factor medioambiental que afecta directamente a la calidad de vida y a la sostenibilidad urbana. Para ello, en 1980 se puso en marcha el Prer Plan Integral de Saneamiento, que permitió tratar el 100% de las aguas residuales y que tuvo su continuación en un Segundo Plan, que comenzó a ejecutarse en 1998.
Entre las actuaciones vinculadas con este últo se incluía el estanque de tormentas de La China, cuya construcción, en la que se han invertido 24,3 millones de euros financiados en un 80% la Unión Europea, comenzó en junio de 2004 y concluyó en octubre del pasado año, encontrándose, desde entonces, en periodo de pruebas.
RuizGallardón detalló que la infraestructura, con 270 metros de colectores, 68 compuertas y una capacidad de 136.430 metros cúbicos, es el mayor estanque de tormentas de toda España proyectado para evitar la contaminación de un cauce fluvial vertidos directos. Aunque en Barcelona existe uno mayor, su función es evitar inundaciones de áreas urbanas.
El Gobierno de la Ciudad de Madrid ha asumido un gran desafío, la gestión y uso eficiente del agua. Según el alcalde, “nunca antes una administración local había promovido un conjunto de actuaciones tan ambiciosas para el aprovechamiento de este recurso litado pero esencial”.
Desde 2003, afirmó, Madrid se ha convertido en una referencia nacional y europea sus iniciativas para introducir un nuevo concepto y una nueva cultura en la gestión del agua. El Ayuntamiento, para ello, ha adoptado medidas coyunturales y estructurales. Respecto a las preras, Madrid, incluso antes que la Comunidad o cualquier otro municipio de la región, fue pionera en la aprobación de medidas excepcionales para regular el abasteciento de agua en una situación de escasez generalizada en toda España.
De manera sultánea, los responsables municipales han trabajado en otros proyectos que introducen innovadores y exigentes criterios de sostenibilidad. En julio de 2005 se presentó el Plan Municipal para la Gestión de la Demanda del Agua, y en mayo del pasado año se aprobó la Ordenanza de Gestión y Uso Eficiente del Agua. Con estas dos normas, dijo RuizGallardón, Madrid se convierte en una ciudad pionera en la adopción de medidas que plican de manera activa al Ayuntamiento y al resto de usuarios urbanos de este recurso. Son iniciativas que, en un plazo de cinco años, pretenden reducir el consumo en un 12%.
Junto a ellas, enumeró el alcalde, la Ciudad de Madrid ha desarrollado diversos proyectos que incrementan el rendiento del uso del agua. Uno de ellos es el Plan de Reutilización de Aguas Residuales, puesto en marcha en 2001 y que permitirá la creación de una red subterránea de 108 kilómetros para abastecer a toda la ciudad de agua reciclada. Otro es el aprovechamiento de los pozos de aguas freáticas de la red de Metro de Madrid. Se trata de unas infraestructuras hidráulicas que posibilitarán que Madrid consiga ahorrar cada año 26 hectómetros de agua, con los que regar 3.500 hectáreas de zonas verdes y baldear otras 4.240.
Otro hito en materia de saneamiento puesto en marcha el Ayuntamiento en la presente legislatura es el Plan de Infraestructuras para la Mejora de la Calidad de las Aguas del Río Manzanares, cuyas actuaciones ya están todas en ejecución. Un proyecto para crear una red de 34 kilómetros de colectores y 27 estanques de tormentas, todos de nueva construcción, excepto el de Pozuelo y el de La China, capaz de evitar que las aguas pluviales viertan directamente al río.
Este Plan, cuyo presupuesto se acerca a los 500 millones de euros (más de lo invertido en políticas de saneamiento durante los últos 30 años), garantizará la suficiencia del caudal del río, gracias a que se le devolverán, previamente tratadas y con una calidad asegurada, todas las aguas. RuizGallardón avanzó que, además, estos beneficios y la mejora de la calidad de vida que favorecerá una radical transformación de los sistemas de gestión de las aguas del Manzanares a su paso Madrid no se litarán a esta ciudad y sus ciudadanos. Se extenderán a lo largo de todo el río Tajo dando muestra, una vez más, “de la sincera vocación solidaria de Madrid en todos los ámbitos, incluido el medio ambiente.