El afán de colaboración entre la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid para mejorar la oferta, la eficacia y la comodidad del transte público en el interior de la ciudad se materializa hoy en la construcción del intercambiador de Príncipe Pío. Con un presupuesto de 50 millones de euros y concluido dentro de pocos meses, esta nueva instalación tendrá capacidad para atender una demanda de 210.000 viajeros diarios.
El alcalde de la Ciudad, Alberto RuizGallardón, detalló que con sus 32 dársenas y un área de 28.300 metros cuadrados, permitirá elinar de la superficie 2.400 autobuses, contribuyendo a la mejora del tráfico.
La presidenta regional, Esperanza Aguirre, y el alcalde han visitado las obras de construcción del intercambiador de Príncipe Pío, en el que los viajeros podrán optar alguno de los medios de transte que confluyen en este punto. Hay tres líneas de Metro, dos de Cercanías, 13 de autobuses interurbanos y otras ocho de autobuses de la EMT. RuizGallardón explicó que va a contar con dos accesos peatonales en los extremos de la plaza y con zonas de espera clatizadas que incrementarán la comodidad de los usuarios.
“Se trata de una nueva infraestructura de la red de transte público” manifestó que va a contribuir a agilizar las comunicaciones entre el centro y el Oeste de la ciudad con los municipios a los que se accede a través de la A5, como Móstoles, Alcorcón, Navalcaro o Villaviciosa de Odón”.
El alcalde ha recordado que Príncipe Pío es uno de los seis intercambiadores que ambas Administraciones están pulsando conjuntamente. Además de éste, ya están en ejecución los de Plaza de Castilla, Moncloa, y Plaza Elíptica; en fase de planificación están los de Conde de Casal y Chamartín.
La puesta en funcionamiento de todos ellos (ubicados en los principales puntos de acceso a Madrid) va a facilitar los trasbordos entre distintos medios de transte y, tanto, fomentar su uso. Pero también, argumentó RuizGallardón, va a mejorar el paisaje urbano al recuperar espacios en superficie como consecuencia de la elinación de los autobuses que ahora invaden calles situadas en zonas estratégicas de la ciudad.
Éste es un aspecto que se va a notar especialmente en el intercambiador de Príncipe Pío, según el alcalde, ya que al estar ubicado bajo la explanada de la estación del mismo nombre, liberará una zona de 8.000 metros cuadrados en un punto neurálgico de la ciudad. Es aquí donde el Ayuntamiento de Madrid “trabaja intensamente para recuperar plenamente su función de acceso a la Casa de Campo desde el centro”. Por tanto, la regeneración del entorno y la mejora de la movilidad son dos objetivos que se vuelven a unir en este proyecto.
La construcción de este intercambiador constituye una nueva prueba de la coordinación entre la Comunidad y la Ciudad para planificar y levantar nuevas infraestructuras en la ciudad. El alcalde recordó, en este sentido, que el Ayuntamiento ha dotado al nuevo túnel que discurre bajo la avenida de Portugal y el río Manzanares de rampas y ramales de conexión con este intercambiador.
De esta forma, a través del subterráneo van a entrar y salir de Madrid 1.900 autobuses interurbanos en los que viajarán cada jornada 90.000 pasajeros, “que acortarán tiempos de recorrido, ganarán tiempo para el ocio y, en definitiva, mejorarán su calidad de vida”. Es la misma fórmula aplicada en el intercambiador de plaza de Castilla y en el futuro de Chamartín, donde también se han proyectado túneles de conexión con el anillo distribuidor de las cuatro torres y el eje que conforman el Nudo de la PalomaSinesio DelgadoMonforte de Lemos.
La apuesta el transte público que han realizado Ayuntamiento y Comunidad se traslada también a otras iniciativas como la modernización de las líneas de Metro más antiguas. En esta legislatura ambas administraciones han financiado al 50% la completa renovación de la Línea 3, con el objetivo de atender la creciente demanda y para que ofrezca los mismos estándares de accesibilidad y comodidad que las líneas construidas a partir de 1995.
A través de la participación de la Ciudad en el Consorcio de Transtes, repasó RuizGallardón, “estamos estudiando la construcción de 30 aparcamientos disuasorios en los ocho corredores de acceso a Madrid, que sumarían una capacidad de 50.000 plazas, y que fomentarían el uso del transte público en el interior de la ciudad”.
El intercambiador de Príncipe Pío, concluyó el alcalde, responde a las necesidades de movilidad de una ciudad abierta como Madrid, donde los flujos de viajeros transitan en todas las direcciones y donde se facilita el uso de diferentes medios de transte público.