Una nueva vuelta de tuerca a la venta de Zeta. Las informaciones llegadas hasta PRNoticias indican que un pequeño grupo de directivos del Grupo buscan discretamente una salida alternativa a la venta de 'Antoñito' Asensio Mosbah. Estos gestores ya están tocando empresarios para que compren provisionalmente la deuda de Zeta y que luego les entreguen la gestión de la empresa. La operación no se antoja complicada ya que apunta precisamente a un plan de viabilidad que sería bien visto los bancos acreedores de la compañía.
Los datos llegados hasta PR de fuentes cercanas al proyecto, indican que la operación sería el valor de la deuda, o sea el crédito sindicado de 120 millones, más lo que hayan crecido los intereses vencidos. Nuestros cálculos sitúan esta cifra en no más de 200 millones. Una cifra que no representa una gran inversión para algunos empresarios fuertes como el propio Alfonso Gallardo empresario siderúrgico (cercano al ex presidente de Extremadura Juan Carlos Rodríguez Ibarra), que se ha mostrado más cercano a la operación.
Por el lado de los bancos también se ha detectado una buena disposición incluso para que uno de los bancos acreedores de Zeta financiara la operación. Los bancos quieren un plan de viabilidad y alguien que les dé confianza en la gestión, es decir estabilizar la deuda y seguir cobrando intereses. No quieren ni una suspensión de pagos, ni una venta al despiece de mala manera, como se ha especulado durante la venta de Zeta.
Pero ¿Por qué se están moviendo estos directivos que pertenecen a la vieja guardia de Zeta? Porque temen que nadie pague ni siquiera los 500 millones que factura el Grupo. Este grupo considera que enseñar las cuentas de la baja rentabilidad de Zeta ha sido otro error de grueso calibre. Consideran que con ello sólo se ha logrado rebajar el precio y dar un mensaje equivocado a los compradores, quienes lo demás siguen apostando a la baja en el precio final de la compañía.
Y es que el argumento de este grupo es sencillo. La venta se va a demorar mucho lo que sólo puede generar una desvalorización de la empresa, además de apuntar cada vez más hacia un conflicto laboral. Estos directivos además temen que una vez que los grupos serios decidan no comprar Zeta, la empresa caiga en manos de compañía de capital riesgo y gente que en definitiva sólo les interesa rentabilizar su inversión y 'pasar' de la unidad del Grupo.
Si es que Antoñito acepta esta operación que no se antoja descabellada, dada su necesidad vender, el siguiente paso sería que estos empresarios ‘amigos' entreguen Zeta a los directivos en régen de gestión y les avalen la deuda buscando socios inversores, dentro o fuera de España. Estos directivos saben lo que hay que hacer con Zeta que llevan años en este negocio. Su objetivo principal es sanear la empresa y sobre todo mantener el grupo unido y evitar su desmembramiento. Veremos si tienen éxito.
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