No hay nada peor para las empresas en general, y cuanto más grandes, peor, que la incertidumbre. Lo saben los analistas, lo saben los Mercados y lo saben los directivos. Si no hay más remedio, un buen gestor ha de saber reaccionar ante lo inesperado. Pero siempre es mejor que eso no ocurra.
Y digo esto al hilo de una decisión que tomó en el consejo del pasado jueves la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT), y que afecta directamente a una empresa enorme como Telefónica. La CMT decidió rebajar drásticamente los precios que el operador español cobra a sus competidores utilizar su red, se supone que para incentivar la bajada consiguiente de los precios que paga el cliente final cosa que, cierto, nunca ha ocurrido cuando se han tomado medidas silares. A estas alturas de la película ya deberíamos empezar a dejar que el Mercado se autorregule y que los operadores vuelen solos, pero en fin, ya se sabe que a la CMT le gusta tutelar el mercado muy de cerca, y si es posible desde el pasado hasta el futuro en el que no creen.
Pero una cosa es rebajar (hasta el 70% en algunas modalidades) los precios mayoristas de alquiler de la red de Telefónica, y otra muy distinta, aplicar la medida con carácter retroactivo, atención, de ¡quince meses!
Telefónica deberá devolver dinero a los operadores con efecto diciembre de 2006, fecha en la cual CMT promulgó unas medidas cautelares, que de cautelares tuvieron poco y que se han mantenido hasta la fecha.
La retroactividad plica para el operador una falta tremenda de seguridad jurídica y de continuidad económica. ¿Se dan cuenta de que, desde ahora, las empresas no pueden dar ciertos los ingresos de un período concreto que existe la posibilidad de que el regulador decida medidas retroactivas de forma arbitraria y con la anticipación que le parezca conveniente?
En los países de nuestro entorno no existen referencias de nada semejante, y en el nuestro, deberíamos ver qué está pasando para que esto sea visto no sólo como lo más normal, sino como una medida presuntamente dinamizadora del mercado y alentadora de la competencia.
Cuando las preras operadoras irrumpieron en el Mercado, se obligó a Telefónica a que pagase la entrada, la comida y los postres. Se hizo el negocio para cuatro, a costa de la caja de la Operadora, y de los que estaban: ‘Si te he visto no me acuerdo'. Hoy, empresas de todo tipo rango y condición, se meten a suboperadores, con las redes de Telefónica… y les van a hacer ricos, desde la CMT, que ellos sólo están obligados a comprar a precio de saldo y vender al más ventajoso. De inversiones ni se habla. El Presidente de la CMT, debe poner su cargo a disposición, y aprender de otras instancias del mismo Gobierno/Estado que sí tienen un comtamiento más regular, cuando de regular el Mercado se trata. El abuso de esta Comisión, que más bien parece de festejos, bienvenida y amiguetes, debe aclarar qué se pone en cuestión la viabilidad de la prera multinacional española. Vamos de mal en peor, y no hay nada peor que el resentiento de esta CMT con nuestra compañía de bandera. Acérquense a las fuentes de la CMT, y beban el líquido áureo que destilan sus paredes, que no son otras que los beneficios de la gestión de una empresa que empezó con ‘las matildes' y hoy es referencia y envidia en todo el mundo.
La CMT debe redoblar sus esfuerzos, para que los COMPRAMINUTOS no se enriquezcan a costa de las inversiones de Telefónica, que al final, y así de ingrata es la vida, será culpa de Telefónica todo lo que no hayan hecho los SUBOPERADORESCOMPRAMINUTOSVENTAJISTAS…
A volar con IBERIA…
Pedro Aparicio Pérez
Director de PRNoticias.com
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