Dice Pepiño que la dignidad de la persona va más allá de la vida. Para eso está él. Para lo demás, Onduline bajo teja. El congreso socialista se va a ocupar de cuestiones que tienen que ver con la muerte. Nos anuncian un trato especial al aborto (ahora que los ginecólogos se niegan a llamar interrupción del embarazo a la elinación de fetos con 22 semanas) y de la eutanasia.
Ya que la vida aquí va a ser un poco peor, que sea más fácil morir. Para eso ha quedado la socialdemocracia. No hablarán de economía, ni de la crisis de las clases medias, ni del debate energético. Van a tratar de que el tránsito vital sea más llevadero en sus inicios y en su final. A esto se reduce el cambio que proponen Zapatero y Blanco.
No hablan de economía e incluso se permiten esgrir los beneficios bancarios como argumento para decir que la crisis no existe. Lo hace esta mañana Elena Valenciano en La Razón. No dice que esos beneficios se obtienen sobre todo fuera de España, y no en el mercado nacional. El Congreso del PSOE será una lata de tres días, un tanatorio para glorificar a Zapatero, un hombre sin política ni ideas, y que se lita a sacar a sus ministros sin corbata para distraer el patio mientras pasa la crisis.
ALFREDO URDACI, PERIODISTA
