LA PAZ (02/09/08) Los periodistas de Santa Cruz son los más agredidos. El departamento de Santa Cruz registra el 51% de las agresiones a periodistas respecto al total nacional. Estos son algunos de los datos que se desprenden del estudio realizado el Observatorio Nacional de Medios (ONADEM) entre el 1 de junio de 2007 y el 21 de agosto de 2008. La paliza y la agresión verbal o amenazas son los ataques más frecuentes a los que se ven sometidos los informadores bolivianos. La punidad en estos casos vuelve a ser la gran carencia.
El trabajo recibe el nombre de ‘Agresiones a periodistas y medios. Insumos para un debate' y en él se han registrado los diferentes hechos de violencia contra periodistas, se ha entrevistado a dirigentes sindicales e informadores de todos los departamentos.
Y es que se han registrado un total de 117 agresiones desde el 1 de junio de 2007 hasta el 21 de agosto de 2008. Sin embargo, sólo 16, es decir el 13,6% figuran como denuncias realizadas ante las instancias policiales y judiciales. Sin embargo, uno de los hechos que más ha llamado la atención es que durante este tiempo ninguno de los supuestos agresores ha sido sancionado legalmente, lo que se puede confirmar la existencia de punidad en las agresiones contra informadores en Bolivia.
Sin embargo, la peor situación se la lleva Santa Cruz, donde se han registrado el 51% de las agresiones a periodistas acontecidas en el país. Le siguen La Paz, con el 13% y Chuquisaca, con el 9%.
Aún podemos recordar el caso del informador Carlos Quispe Quispe, que fue asesinado en Pucarani, La Paz, en marzo de 2008. Tras pasar tres jueces, el caso sigue sin resolverse cinco meses después.
La paliza a los periodistas es la agresión más frecuente, concretamente, está presente en el 46% de los casos. En segundo lugar se encontraría la agresión verbal, incluyendo la amenaza (27%) y en tercer lugar estaría el destrozo de equipos de trabajo e infraestructura en los medios, 10%.
Según algunos testonios de agredidos, las causas de estas agresiones suelen ser la polarización política y mediática, el no pertenecer a ese lugar, ser identificados como ‘pertenecientes a otro bando', ser acusado de sensacionalista o presumir de ser periodistas y sacar fotos de participantes en movilizaciones. Así lo ha destacado el ONADEM, bajo iniciativa de la Fundación UNIR Bolivia y de la Asociación de Carreras de Comunicación Social ABOCCS.
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